La columna de CLIA España
Por Alfredo Serrano
Director General CLIA España
Artículo perteneciente a la revista CruisesNews nº67 – Diciembre 2023
Una oportunidad y una necesidad
Hace apenas cinco meses, en estas mismas páginas, hacía un llamamiento a la gestión del turismo (de crucero) como un vehículo para maximizar sus múltiples externalidades positivas y minimizar aquellas negativas que pudieran existir. Hoy, tras cerrar un ciclo electoral y cuando los indicadores apuntan a que podríamos estar en la antesala de un nuevo récord, la gestión se presenta – más que nunca- como una necesidad y una oportunidad si no queremos morir de éxito.
España es un país eminentemente turístico. Su riqueza cultural, medioambiental, gastronomía y buen clima son el acicate perfecto para atraer al turismo doméstico e internacional. En nuestro caso concreto, los puertos españoles ya han rebasado los 10 millones de movimientos de turistas de crucero entre enero y octubre, acercándose a la cifra total de 2019 (10.664.581 movimientos) a falta de dos meses para cerrar el ejercicio. Es cierto que los armadores ya estaban incrementando las escalas en nuestro litoral, posicionando sus barcos más novedosos, pero también es cierto que en momentos geopolíticos complejos, el Mediterráneo occidental, el triángulo que conforman España, Francia e Italia, se convierte en una especie de refugio.
Echando un vistazo a cómo ha sido este incremento, descubro con satisfacción – no puedo negarlo – que este se ha diseminado entre diferentes puertos de nuestra costa, lo que sin duda, supone que avanzamos hacia una descentralización. Y, como consecuencia, que el poder de la industria como generador de riqueza y oportunidades se expande, se capilariza todavía más en su doble dimensión: territorios y actividades económicas.
En este sentido, a finales de noviembre, conocimos los datos de la contribución económica del sector de los cruceros en 2022, año todavía marcado por la pandemia, especialmente en los primeros meses. Pues bien, según las estimaciones de la consultora Oxford Economics, nuestra actividad generó un impacto económico de 5.670 millones de euros y contribuyó a la creación de más de 42.000 empleos solo en España.
Haciendo un click en el capítulo reservado al gasto directo, son extremadamente significativos dos datos:
• el 52% del mismo se corresponde a compras realizadas por las navieras, y
• el 15% con la construcción y reparación naval.
Es decir, el 67% estaría relacionado con inversiones realizadas por las navieras; partidas que no se corresponden con capítulos estrictamente turísticos. Quizás, los movimientos críticos con la industria y que reducen nuestro impacto económico al gasto de los huéspedes, deberían reflexionar sobre si los argumentos que esgrimen para arremeter contra la industria son correctos.
De cara al próximo ejercicio, las previsiones para España apuntan a que nos moveremos en valores similares a los de este año en cuanto a movimientos de pasajeros se refiere. La anticipación y la planificación que caracteriza a la industria permite que ya, en este momento, los destinos puedan trazar planes de acción que permitan atajar las posibles externalidades negativas que el turismo en su conjunto pudiera generar. En nosotros, encontrarán un aliado.
Un país netamente turístico como España tiene la necesidad de impulsar planes integrales donde todos los segmentos del turismo tengan cabida y orientados a ofrecer una experiencia formidable a residentes y visitantes. No puede (ni debe) perder la oportunidad de seguir siendo un referente, una potencia mundial y de aprovechar las ventajas de una industria que genera riqueza y que ha convertido a la sostenibilidad en su brújula.
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