A finales de marzo el CDC norteamericano anulaba su recomendación de no ir de crucero, abriendo las puertas a una temporada de cierta normalidad. En el segundo trimestre del año, muchas navieras consiguieron poner de nuevo toda su flota operativa.
Todas las entradas relacionadas con la cronología de la pandemia están accesibles aquí.
Reportaje perteneciente a la revista CruisesNews nº61 – Junio 2022
Primera parte CruisesNews nº52 – Segunda parte CruisesNews nº53 – Tercera parte CruisesNews nº54 – Cuarta parte CruisesNews nº55 – Quinta parte CruisesNews nº56 – Sexta parte CruisesNews nº57 – Séptima parte CruisesNews nº58 – Octava parte CruisesNews nº59 – Novena parte CruisesNews nº60
La invasión rusa de Ucrania interrumpió parcialmente esa vuelta a la normalidad, obligando a las navieras a rediseñar la temporada estival en el norte de Europa. Norwegian Cruise Line fue de las primeras, anunciando que cancelaba la temporada de cruceros en el Báltico del Norwegian Getaway, para situarlo mejor en el Caribe. Mas tarde sería Costa Cruceros la que cancelaría la temporada del Costa Favolosa, que tenía previsto precisamente San Petersburgo como puerto base. El barco permanecerá parado hasta octubre.
El 27 de marzo el Arcadia de P&O volvía al servicio con cruceros a las Islas Canarias, de forma que la naviera británica conseguía tener operativa toda su flota. Mientras tanto, en Los Ángeles, el Discovery Princess, que había sido entregado a la naviera en enero, comenzaba también su vida en servicio.
El 7 de abril el Costa Firenze comenzaba a operar desde Génova y ese mismo día Royal Caribbean empezaba a ofrecer a sus tripulantes la posibilidad de bajar del barco en algunos puertos del Caribe, algo que dejó de ser posible durante la larga pandemia, y que desesperaba a los tripulantes y hacía mucho más difícil su contratación.
La falta de trabajo primero, y las limitaciones en la vida diaria de los tripulantes después (cuarentenas, prohibición de bajar a tierra, ocio a bordo restringido, etc.), hizo que muchos de ellos desistiesen de volver a la industria y buscasen otro acomodo laboral. La industria se enfrenta ahora al desafío de reclutar tripulantes para la vuelta a la actividad y el crecimiento previsto para los próximos años. Tanto es así que, P&O, a los pocos días de anunciar el regreso completo a la navegación de su flota se vio obligada a cancelar siete cruceros en el Arcadia, por falta de personal, y a mediados de mayo, ya con toda la flota en funcionamiento, Carnival anunciaría que un par de restaurantes especiales no abrirían para cenas por falta de personal.
El 8 de abril España eliminó el requisito de hacer test de antígenos antes de embarcar en cruceros, pero su efecto fue limitado, puesto que la mayoría de los cruceros que salen de España visitan Italia, e Italia sigue requiriendo que los pasajeros presenten un test negativo antes del embarque. No obstante, en las terminales de cruceros dejaron de hacerse test de antígenos, y las navieras comenzaron a solicitar a los pasajeros que lo llevasen realizado por su cuenta en las 48h previas al embarque si estaban vacunados.
A principios de abril el Koningsdam de Holland America Line fue el primer barco de cruceros en atracar en Victoria, Canadá, uno de los principales puertos de embarque para cruceros por Alaska, desde octubre de 2019. Lo mismo sucedería un par de semanas después en la costa atlántica, con el Viking Octanis siendo el primer barco de cruceros en hacer escala en Charlottetown en dos años.
Durante todo abril volvieron a la actividad 47 barcos de crucero en todo el mundo, lo que sin duda fue un gran acelerón. En todo el mundo, salvo en Asia, que continua con limitaciones por la pandemia, lo que obligaba a Celebrity Cruises a cancelar la temporada prevista del Celebrity Solstice en la región el próximo otoño y situarlo en la Riviera Maya. Lo mismo hacía Holland America Line reprogramando el Westerdam de Asia a Australia y Nueva Zelanda en otoño.
Swan Hellenic alteró sus planes para ofrecer cruceros en Lejano Oriente Ruso y en su lugar planificó una temporada de cruceros al Ártico, pero en la zona “occidental” (Islandia, Groenlandia, costa este de Canadá).
A finales de abril Carnival Corporation anunciaba un cambio de gran calado, Arnold Donald, actual presidente y CEO de la compañía, dejará su puesto el 1 de agosto para darle el testigo a Josh Weinstein, actual COO.
En mayo serían 51 los barcos previstos para entrar en servicio, empezando por el Carnival Splendor el 2 de mayo, que marcaba de esa forma el regreso completo de la flota Carnival al servicio, mientras que el 7 de mayo hacía lo mismo el Norwegian Spirit, navegando desde Tahití con pasajeros, completando la vuelta al servicio de todos los barcos de Norwegian Cruise Line.
España retiró la obligatoriedad de hacer test de COVID a todos los pasajeros antes del embarque.
Por su parte, Royal Caribbean anunciaba que varios de sus barcos operaban ya en Norteamérica al 100% de su capacidad y que las reservas iban cada vez mejor, siendo el 23 de mayo la fecha en la que el Rhapsody of the Seas entró en servicio y completó la vuelta a la navegación de toda la flota.
Sin embargo, esos buenos tiempos nunca volverán para la histórica compañía asiática Star Cruises, que, a mediados de mayo, tras la quiebra de su grupo matriz, Genting Hong Kong, despedía a sus últimos empleados y sus tres barcos ponían rumbo al desguace. Los barcos de Crystal Cruises serían subastados en junio, pero el Genting Dream, el megabarco prácticamente nuevo que operaba bajo la marca Dream Cruises, volverá a operar bajo una nueva sociedad: Resort World Cruises, en la que el mismo propietario del Genting Group, Lim Kok Thay, tiene participación. Peor suerte correrá el Global Dream, un gigante cuyo proceso de construcción está al 75% en los astilleros Meyer Werft, y que parece destinado a venderse por piezas.
En España los puertos recuperaron mucha actividad de cruceros, y como ejemplo, a finales de mayo, Valencia ya había recibido más barcos de crucero que en 2019. Además, MSC Cruceros anunció el posicionamiento inmediato del MSC Bellissima en el Mediterráneo, con embarque en Valencia, Barcelona y Génova, tras cancelar su programa en el Golfo Arábico, y es que la demanda en Asia no termina de despegar.
Mientras que a primeros de junio el Queen Victoria volvía a navegar, Virgin Voyages decidía cancelar la temporada inaugural del Resilient Lady en las Islas Griegas con embarque en Atenas, y posponer la puesta en marcha de él que es su tercer barco a mayo de 2023. Sin duda, la compañía nació en el peor momento, y además, con un concepto rompedor, por lo que le está costando mucho entrar en el mercado.
Con los norteamericanos asustados por la guerra a las puertas de Europa y el requisito de presentar una prueba negativa antes de volver a EE. UU., no se esperaba que viajasen muchos a Europa. Pero el 10 de junio el gobierno de EE. UU. eliminó el requisito de la prueba negativa al regresar, y con ello, otra de las barreras para que los norteamericanos se animasen a viajar a Europa.
El 14 de junio Viking Cruises eliminó el requisito de presentar un test covid negativo para embarcar, salvo que los destinos que visite el crucero lo demanden.
En esta recta final de la pandemia, queda todavía en el aire cierta inestabilidad, tanto por que Asia no parece recuperarse turísticamente, como por nuevas crisis: guerra en Ucrania e inflación internacional.
Nos ha costado dos años aprender a convivir con el COVID-19, lo cual no significa que el virus se haya erradicado ni mucho menos, los brotes son significativos, pero no se recogen estadísticamente. Se puede ir al colegio y a trabajar con virus, incluso los sanitarios, pero las navieras siguen asustadas, no quieren volver a ser señaladas en los medios, y aplican protocolos más restrictivos. Pero poco a poco las medidas se irán relajando y el virus, haciéndose endémico, y con ello, su impacto en el día a día, asumido.