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Costa Smeralda: el supercrucero de diseño con conciencia ecológica

El nuevo buque insignia de Costa Cruceros propulsado por gas natural licuado supone un salto cualitativo de gigante para la naviera italiana, pero también para el sector de los cruceros, que ya no solo piensa en el más y mejor en términos de experiencia hedonista y recreativa, sino en los retos de sostenibilidad imprescindibles para que la industria pueda seguir creciendo. Bienvenidos, no solo a la felicidad al cuadrado que prometen sus anuncios, sino a un verdadero barco del siglo XXI.

Reportaje perteneciente a la revista CruisesNews nº52 – Junio 2020

Costa Smeralda: el supercrucero de diseño con conciencia ecológica

Si mientras escribimos estas líneas el sector (y el mundo en general) no estuviera sacudido por la pandemia del Covid-19, podríamos sentenciar sin vacilar que el Costa Smeralda estaría arrasando en sus rutas mediterráneas. Desde su debut invernal, el barco estaba viajando con plena ocupación y una altísima demanda, a sabiendas, tanto los fans de Costa Cruceros como los crucero-adictos en general, de que esta es una nave que ha roto moldes en la compañía italiana y abierto horizontes muy ambiciosos. 

Pero la surrealista situación de confinamiento en buena parte de los principales países emisores de pasajeros del mundo y el cierre de fronteras y puertos han conllevado que el gran protagonista de este artículo le tocase estar temporalmente atracado en el puerto de Marsella, donde detuvo su operativa, esperando regresar a Italia y reemprender la normalidad en cuanto sea posible. No obstante, la circunstancia sería solo un paréntesis en lo que promete ser un historial de éxito. Porque el Smeralda no solo marca un punto y aparte (a mejor) en cuanto a diseño y entretenimiento en la compañía, sino que ejemplifica una conciencia ecológica que ahora se ha maximizado y marcará el estreno de todas sus futuras naves. 

Facilidades prepandemia
Curiosamente, el buque se ha adelantado involuntariamente a la crisis sanitaria mundial y sus efectos en la futura vida social y viajera, al ofrecer una concepción de los espacios y la vida a bordo muy acorde a tiempos de inminente desconfinamiento y distanciamiento social. Empezando por la amplitud de espacios y multitud de escenarios activos a la vez, o llegando (cómo no) a un restaurante buffet marcado desde su nacimiento por la máxima seguridad alimentaria y la nula manipulación de alimentos por parte de los pasajeros, como les relataremos más adelante.

Los espacios son multiusos y tienen distintas funciones de día y noche: la piscina cubierta alberga fiestas; el teatro se convierte en ‘disco’.

El nuevo hijo pródigo del sello italiano (sus ciudades y monumentos dan nombre a los puentes, plazas y espacios más emblemáticos del barco) luce 185.000 toneladas brutas que dan para 337 metros de eslora, 42 de manga y 2.612 cabinas para pasajeros. Un fabuloso continente para disfrutar de 12 espacios de entretenimiento, 17 bares, 15 restaurantes, zona de tiendas, de deporte, bienestar y piscinas y, sobre todo, un inmenso repertorio de rincones donde encontrar un pedazo de calma incluso viajando en capacidad máxima, con hasta 6.500 compañeros de viaje.

Costa Smeralda: el supercrucero de diseño con conciencia ecológica

Los 15 barcos de Costa Cruceros han evolucionado estéticamente con algunas influencias del mercado internacional, que pueden haber gustado más o menos, según criterios personales. Pero acaso el Smeralda sea el buque de este gran sello con más de 80 años de currículo en el transporte de pasajeros que seduce a un público más amplio (amante de los grandes barcos) y ha implicado más cambios de fondo en los últimos tiempos. Y a mejor. Los espacios son más abiertos y fluidos, la decoración más elegante y relajada (sin perder espectacularidad y colorido marca de la casa), la gastronomía da un necesario paso adelante y supone un salto de categoría en cuanto a variedad y presentación, los camarotes son oasis tan funcionales como –sencillamente- bonitos, la navegación es más silenciosa y sinuosa. Y, sobre todo, el barco es en sí mismo un ejercicio de esfuerzo en el respeto al medioambiente, un aspecto cada vez más preciado en el sector y que ahora traspasa la teoría para hacerse patente en múltiples sentidos: su combustible, sus sistemas de reciclaje, su tratamiento del excedente de alimentos, su gestión del agua, su ahorro energético…

Virtudes que no están a la vista
No es común en un artículo que relate uno de los grandes estrenos crucerísticos de la temporada el recrearse en elementos que no se ven o disfrutan. Para algunos lectores acaso resulten aburridos, en tanto que la sostenibilidad era una palabra que durante años parecía algo reñida con la ambición de las grandes ciudades vacacionales flotantes. Pero la creciente e imprescindible implicación medioambiental de la población y la corresponsabilidad de las empresas se está traduciendo por fin, en el sector que nos ocupa, en un parto de barcos de nueva generación donde tan importante es la escenografía como el impacto ambiental.

Costa Cruceros despliega ahora un interiorismo más elegante y mediterráneo, y espacios fluidos que evitan las aglomeraciones y muchos puntos focales

¿Qué implica el uso de gas natural licuado? El llamado combustible fósil más limpio del momento elimina las emisiones de dióxido de azufre y reduce más del 95% las partículas, además de reducir un 85% las emisiones de óxido de nitrógeno y hasta un 20% las de CO2. El rastro contaminante de este barco, es pues, muchísimo menor tanto en los puertos visitados como en la simple experiencia de respirar en las cubiertas superiores a la fresca.

Costa Smeralda: el supercrucero de diseño con conciencia ecológica

Ese ejercicio supone, sin duda, un mayor coste económico para las navieras. Pero la propia Organización Marítima Internacional (OMI) tiene fijados unos objetivos de reducción de emisiones de CO2 para el 2030, que varias compañías se afanan en consolidar. Costa Cruceros se comprometió a lograr ese recorte del 40% este mismo año, y aspira a mejorarlo con la incorporación de un total de cinco buques de GNL antes del 2023. Con el mismo reto, el nuevo crucero ya ha sido reconocido por el organismo de certificación internacional RINA, al incorporar los máximos criterios de prevención en aguas residuales, residuos gases de efecto invernadero o materiales peligrosos. Aseguran fuentes de la empresa, que ya en la mesa de diseño la consigna de la eficiencia energética marcó las líneas a seguir. Un casco con una proa ligeramente inclinada y optimizada para la velocidad, o motores eléctricos de propulsión que pueden girar verticalmente en 360 grados economizando la energía consumida son algunas de sus claves. La optimización llevada a todos los ámbitos se puede entender con el ejemplo de ascensores de consumo cero que recuperan y “devuelven al sistema” la energía que han consumido para funcionar. O incluso los hornos de cocina reutilizan el calor residual.

Reducción decidida de plásticos
La compañía calcula que su esfuerzo en los últimos años por eliminar los plásticos de un solo uso supone un volumen de 50 toneladas menos de estos residuos al año. En este capítulo, el Smeralda será el primero de la flota que utilice dispensadores de condimentos en lugar de los productos envasados de un solo uso, desde salsas a edulcorantes. Y la misma política se aplica a artículos de spa.

Esta filosofía ecológica es el mejor telón de fondo para una sensación casi instantánea al subir a bordo, de que el Smeralda es el barco más moderno y bien pensado que ha lanzado la naviera. Adam D. Tihany firma el proyecto creativo, con el respaldo de cuatro estudios de arquitectura y un alarde de mobiliario e interiorismo made in Italy de pies a cabeza. La guinda a ese orgullo patrio lo pone un museo propio, The CoDe, con 400 metros cuadrados que reflejan la evolución y peso del diseño italiano. Entre sus 470 obras expuestas figuran la mítica Vespa, el exprimidor de Alessi que diseñó Philippe Starck o la famosa máquina de escribir Lettera 22 de Olivetti, creada en 1950. Se calcula que sumará la friolera de 300.000 visitantes anuales.

El Barco cuenta con numerosos ejemplos de tecnología punta enfocada a la sostenibilidad, entre otros la reutilización del calor de los motores para los hornos, o la generación de energía desde los ascensores.

La inmersión en este nuevo buque insignia de Costa Cruceros revela rápidamente dos elementos característicos que lo definen. El primero, el fantástico Colosseo, un atrio circular que se eleva a través de tres puentes (6, 7 y 8) y ejerce de epicentro vital, como una gran plaza donde siempre pasan cosas y que contribuye enormemente a descongestionar otras áreas de ocio, en ese concepto que traducen como “entrenamiento líquido” y sin un escenario fijo. No hace falta ir al teatro para ver un espectáculo, porque en el Colosseo (como en otros espacios) a las horas más variopintas uno podrá descubrir acrobacias, coreografías pop, o ensayos de artistas que implican al público. Por no hablar de las flash mob, con el efectista apoyo de enormes pantallas de led en los laterales y la cúpula, y alarde de vídeoespectáculos.

Costa Smeralda: el supercrucero de diseño con conciencia ecológica

Este punto de encuentro es también perfecto para descubrir alguno de los muchos bares temáticos que dan personalidad a la nave, empezando (de arriba abajo) por el Spazio Bollicine de Ferrari, para los que aman el vino y se dejan aconsejar antes de un buen brindis, con o sin maridaje de platillos. En el puente 7 y 6, respectivamente, también amplían el momento italianísimo la roja barra de aperitivos y cócteles del Campari bar y el Illy Bar, un imprescindible para los muy cafeteros.

En la Piazza di Spagna
A mayor altura sobre el mar, el otro eje neurálgico lo centra la Piazza di Spagna, que abarca tres cubiertas en la popa (de la 16 a la 18) y ejerce de anfiteatro, mirador, solárium, plaza pública… sea para sentarse relajadamente a tomar algo o contemplar el mar. Aunque para esto último lo mejor es subir al último puente y recorrer su balconada con suelo de cristal que pretende provocar la sensación de volar sobre las olas. 

En esta ruta destacada por los órganos vitales del Smeralda, no puede faltar tampoco otro núcleo que evoca a Roma, la Piazza del Trastevere, en la proa del 8 y envuelta de bares (de Il Bacaro –de estilo veneciano- al Sports Bar –para ver partidos con una buena cerveza-), la tentadora heladería Amarillo y algunas tiendas. Pero también aquí habrá que estar atento a shows de música en vivo y otras atracciones.

Especialmente si se viaja en temporada cálida, el barco despliega muchos espacios con solárium que esponjan la hora del sol y también del baño. Con el AcquaPark del puente 17 han querido desplegar su mayor tobogán, un amplio espacio de entretenimiento a remojo flanquedo por otro bar muy italiano, el Aperol Spritz Bar, donde al atardecer no falta ambientación de DJ para potenciar sus cócteles.

Con 2.612 camarotes, el Smeralda puede acoger hasta a 6.554 pasajeros e incorpora una nueva fórmula de terrazas acristaladas.

Pero el repertorio acuático alcanza otros puntos del mapa a bordo, desde la exclusiva piscina solo para adultos y reservada para las suites en la cubierta 19, hasta el Settimo Cielo, en la proa de la 18, más de estilo balneario, con comodísimas tumbonas que casi se asoman al mar y un bar de ensaladas informal para los que quieran mantener su dieta a raya sin alejarse de la zona de bronceado. Un puente más abajo encontramos dos piscinas más, la del Lido Caracalla, anexa al AcuaPark, y la poderosa Spiaggia Beach Club, con cubierta transparente que permite el baño climatizado todo el año, de agua salada. Este generoso espacio muestra de nuevo la versatilidad del barco, donde en lugar de crear ambientes con una sola misión, se ha optado por la multifuncionalidad. Así el Beach Club se reconvierte en área de Silent Party por la noche, donde se puede bailar durante horas pero con auriculares, de modo que cada noctámbulo elige su ritmo. También funciona muy bien como zona para bandas de música en vivo.

Ocio líquido y escenarios polivalentes
La misma estela del espacio de ocio polivalente se sigue en un teatro adaptado a una doble (o triple) vida, el Sanremo Show Lounge, de menor aforo que los tradicionales, pero con cómodos sofás donde disfrutar de cantantes, cómicos y actividades digitales, en diversos idiomas y para todos los públicos. Como eje multiusos, despúes de las once de la noche se transforma en la gran discoteca del buque, donde encaja fiestas temáticas y decibelios sin tregua, en un concepto mucho más divertido que las convencionales discotecas aisladas y que muchos viajeros ni pisan.

Pero…¿ qué sería de un barco que quiere marcar una nueva era para sus instigadores sin una gastronomía en consonancia? En este sentido Costa hace una triple apuesta: primero, por ampliar la oferta de sabores y experiencias; después, por desconcentrar el gentío descartando los tradicionales e inmensos restaurantes principales, que se reinventan con 4 comedores llenos de salas y espacios oxigenados; y tercero, por elevar la experiencia del buffet principal, que en grandes cruceros siempre corre el riesgo de masificación y desorden.

Costa Smeralda: el supercrucero de diseño con conciencia ecológica

En cuanto a lo primero, los 15 restaurantes a bordo incluyen experiencias (de pago) como un riquísimo Teppanyaki en el puente 8, donde los sabores asiáticos se abrazan al espectáculo de la cocina en vivo ante la barra del comensal. Cada noche (previa reserva) se llena de fanáticos del sashimi y el sushi. La otra opción más destacada es el Ristorante Lab, donde además del paladar se entrenan los hábitos de cocina sostenible. Así, se promueve el consumo responsable en elaboraciones que no generen desperdicio de alimentos ni sobras. Entre las actividades hay talleres de Mistery Box, donde hay que realizar platos con unos ingredientes determinados; el Chef Kitchen’s para elaborar platos de nueva creación y delicatesen; las citas en familia donde todos cocinan y se prueban los resultados…. El repertorio se ha diseñado junto a la Universidad de Ciencias Gastronómicas de Pollenzo, con la vista puesta en la educación alimentaria. No debe faltar tampoco una incursión en la Pizzeria Pummid’Oro, en un ambiente más informal. 

La naviera multiplica sus criterios sostenibles con el combustible de gas natural licuado y un ambicios programa de reducción de residuos.

Los cuatro restaurantes principales sin cargo, La Colombina (atención a sus mesas redondas con bancadas ideales para las familias), Il Meneghino, Arlecchino (un gran bistrot italiano con distintos ambientes) e Il Rugantino, en distintos turnos, ofrecen buenas opciones de comida italiana e internacional, con la ventaja de zonas de autoservicio para agilizar algunos ágapes. Quienes viajan con niños pequeños se engancharán a Tutti a Tavola, una interesante propuesta buffet en la popa de la cubierta 16 para familias con pequeños de 3 a 6 años centrada en los gustos y prioridades infantiles, pero también con platos para adultos, que pueden disfrutar mientras los niños se distraen en la zona anexa Kids, de juegos.

Autoservicio con muchos pluses
Y qué sería de un megacrucero sin un gran buffet, en ebullición para desayunos, comidas y cenas. Con la Sagra dei Sapori, Costa ha mejorado sustancialmente su buffets en alta mar, no solo en cuanto a variedad y formato, sino también en las presentaciones: suculentas, ahondando en la materia prima, pulidas. En un momento en que los hábitos sociales se verán forzosamente variados tras el desconfinamiento sanitario, los viajeros se encontrarán con un autoservicio 2.0., donde los alimentos están a resguardo tras amplias pantallas de vidrio, y el comensal elige probar todo cuanto gusta, pero es un camarero quien se lo emplata. De esta forma, la presencia de la oferta culinaria resulta siempre impecable y la higiene es máxima, al no haber manipulación de los alimentos por parte de los pasajeros. Los postres ya están emplatados y también sin manipulación de cuchillos ni otro instrumental. 

Acorde a la exigencia de la nueva demanda, el buffet se estructura en torno a carnes, vegetales, platos del mar y pasta. Para un vegano será fácil encontrar platos acordes a sus necesidades, al igual que para un celíaco. Otro punto importante para evitar aglomeraciones son las pantallas interactivas repartidas por esta ‘smart city’, donde uno puede conocer al momento la afluencia de cada restaurante para decidir cuándo acudir, con facilidades para mantener distancias preventivas.

Costa Smeralda: el supercrucero de diseño con conciencia ecológica

Los viajeros fieles de CostaClub, en la categoría de Perla Diamante, tendrán por primera vez un restaurante exclusivo para ellos, el Bellavista Club, en la proa de la cubierta 8, con vistas al horizonte. Y los que, sean o no repetidores, se alojen en una suite contarán con la ventaja de un espacio gastronómico reservado solo para ellos, de atmósfera muy íntima, en la misma zona, el Panorama Élite, cuyo nombre habla por sí solo.

A nivel más popular, la tentación calórica se despliega en forma de tapas o caprichos (con cargo) en otros muchos puntos, como el divertido bar Nutella at Costa, único en un crucero, para sucumbir a la crema de cacao en crepes, waffles, pan o cruasanes. Pero si de lo que se trata es de un aperitivo al aire libre, nuestra recomendación sin duda es sacar partido a una de las mejores barras estivales del barco, Superba Bar, para tapeo y copas en la popa del puente 7, contemplando el mar que se deja atrás y en el íntimo ambiente que proporcionan sus cabañas a la hora de la puesta de sol.

El Colosseo se erige en el epicentro del buque, que atraviesa tres puentes por la parte central, con entrenamiento, bares y mucha vida.

Esa experiencia azul que proporcionan los exteriores del barco, muy fluidos y con muchos recovecos como solárium, tiene entre sus principales ases la Passeggiata Volare, que se alza en la cubierta 18 en pleno centro del barco como un paseo circular a 65 metros de altura. Erigido en mirador de lujo es un enclave idóneo para los madrugadores que quieran ver amanecer o quienes quieran ver el ocaso en el horizonte marino. Solo dos puentes más abajo, la naviera ha redoblado su apuesta por uno de sus espacios siempre más mimados, los spas. En Solemio Spa, mucho más zen que otros hermanos de flota, a sus 16 salas de tratamientos, sauna o hamman se han agregado una piscina de talasoterapia con butacas colgantes que oscilan sobre el agua, una singular sala a 10 grados bajo cero con nieve seca muy tonificante, una sala de sal purificante, o tratamientos con arena y cuarzo, ¡incluso con exfolitante de limoncello!, entre otras novedades.

De compras sin salir del barco
Más allá de entretenimiento, barras, brindis, gastronomía, sol y agua, no hay crucero que no incluya algún momento de shopping, que en el Smeralda se sitúa del centro a la proa del puente 7, donde se puede encontrar artesanía, joyería, moda, ropa deportiva, óptica y cosméticos. Justo al lado se ubica la recepción, totalmente distinta a su estructura en otros cruceros, tanto por su estética vegetal (la zona se rodea de plantas) y sus cómodas butacas, como por el reto que se marca la tripulación de evitar las tediosas colas para trámites. Lo hacen con ayuda de la tecnología y tratando de primar el trato al huésped, y agilizar sus demandas.

La nueva ciudad flotante de Costa Cruceros ha logrado otra característica nada fácil, como funcionar tan bien como destino familiar como para parejas o celebraciones. De hecho, para los niños se ha agregado el Baby Squok Club, con servicio de guardería entre 1 y 3 años, lo que da tiempo a los progenitores a tener momentos de relax y desconexión. Este propósito se hace más fácil con la nueva concepción de los camarotes. 

Costa Smeralda: el supercrucero de diseño con conciencia ecológica

De diseño más limpio y con el propósito de generar sensación de amplitud, los diseñadores han apostado por tonos en maderas naturales y muy mediterráneos. Llaman la atención las paredes de vidrio de las duchas para ganar espacio visual, o los televisores incorporados en paneles fotográficos, aunque posiblemente lo más sorprendente sean las dobles terraza-balcón, llamadas Terrazza sul Mare.

Así, el alojamiento se distribuye en 8 grandes suites (de hasta 46,5 metros cuadrados) y 20 suites haciendo en esquina en la propa y popa (a partir del puente 8), 106 camarotes con terraza, 1.522 con balcón (de hasta 20,4 metros cuadrados), 168 exteriores (puente 4 y 5) y 788 interiores. Pero incluso estos últimos destacan por espaciosos, con cómodos sofás y buena distribución del espacio útil.

Las dobles terrazas a las que aludíamos proponen una composición original que tras el baño y el camarote sitúan linealmente una primera terraza o espacio tipo chill out acristalada y climatizada, pero con mucha luz y vista al océano que se puede disfrutar bajo cualquier meteorología, a la que sigue un pequeño balcón tradicional a la fresca. Ese nuevo espacio intermedio es ideal para relajarse, desayunar, leer un buen libro… 

Las gigantescas dimensiones del Smeralda dan también para un funcional gimnasio muy bien equipado (con numerosas actividades dirigidas con coste añadido), el moderno casino Laguna (entre el Colosseo y el museo del diseño), una cancha deportiva en el puente 18, y otros muchos atractivos repartidos aquí y allá, que será un reto descubrir en rutas de una semana.

Los protocolos del buffet han evolucionado ya antes de la pandemia del covid-19, con pantallas protectoras y manipulación de alimentos solo por parte de la tripulación.

En unos y otros puertos, el nuevo crucero quiere contribuir con las entidades locales, por lo que además de llevar turistas y generar impacto económico, donará sus excedentes de comida gracias a un acuerdo con la Federación Europea de Bancos de Alimentos que ya firmó la naviera en el 2017 y le ha permitido ceder 160.000 raciones en este periodo. En España, el Smeralda contribuirá con la Fundación Acogida y Esperanza de Barcelona. Previamente, no obstante, la filosofía a bordo ya prima la reducción de residuos alimentarios (a la mitad este año) gracias al programa 4GOODFOOD que facilita que el placer de los cruceros resulte cada vez más sostenible. 

BCN gana protagonismo en la nueva apuesta sostenible de Costa Cruceros
Los encargos de barcos híbridos o propulsados por gas natural licuado (GNL) no han parado de crecer en los últimos años, en la medida en que los puertos se ponían las pilas (valga la redundancia) para poder recibir a esos cruceros menos contaminantes. En este sentido, Barcelona está siendo el mejor ejemplo, ya que se desmarca en la carrera por proporcionar este combustible limpio, primero desde gabarras y en fase posterior desde una propia estación suministradora. Por ese motivo, la capital catalana se ha convertido en una escala (y punto de inicio y final de ruta) clave del Smeralda, como lo será del futuro Costa Toscana. Antes de la paralización temporal de la actividad crucerística en el Mediterráneo, estaban previstas más de cien escalas hasta finales del 2021, algunas coincidentes (por la misma razón) con el AidaNova, también de la familia Carnival Corporation.

Costa Smeralda: el supercrucero de diseño con conciencia ecológica

Un gran fichaje para la ciudad, porque cabe recordar que en sus puertos de escala, Costa estima que sus pasajeros dejan unos 74,60 euros al día, con un impacto económico de 1.100 millones de euros en el caso de España, a donde llegan 3,4 millones de pasajeros. En Barcelona, donde también fue presentado el nuevo barco, el impacto es de 239 millones de euros. Y eso sin tener en cuenta el proyecto de su nueva terminal Helix Cruise Center para la nueva generación de cruceros GNL y que se sumará a la de Palacruceros.

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