El nuevo yate-crucero de esta exquisita naviera francesa ha sido uno de los estrenos del año, al que muy pronto se sumará el Dumont d’Urville. La gran expansión de Ponant apunta directo al ‘boom’ de los viajes de expedición y al auge del lujo más contemporáneo.
Reportaje perteneciente a la revista CruisesNews nº50 – Septiembre 2019
El año pasado Ponant cumplió 30 años de vida –y navegación- con un futuro más prometedor que nunca, vista su lista de proyectos a corto plazo. Empezando con la reciente inauguración de una pequeña joya como es Le Bougainville, que ha debutado con una enorme demanda.
Para esta pequeña naviera forjada por los oficiales de la marina mercante francesa Philippe Videau y Jean-Emmanuel Sauvée (hoy CEO) fue providencial la entrada en juego del Grupo Artémis, que adquirió la compañía en el 2015 a Bridgepoint Capital (titular desde el 2012). Este movimiento ha marcado un paso de gigante para Ponant, ya que el holding propiedad del multimillonario magnate François Henry-Pinault ha afianzado a la naviera en el competitivo sector de los cruceros de lujo con una enorme inyección financiera. Solo así se puede entender que Ponant encargase de vez cuatro buques, y en los dos últimos años haya seguido sumando pedidos tan ambiciosos como el que cubrirá la zona del Polo Norte.
Flota en expansión
Para contextualizar el nacimiento de Le Bougainville, conviene un apunte sobre su foto familiar. La flota nació con el flamante velero Le Ponant, al que siguió otro buque luego vendido a Paul Gauguin. Y su impulso definitivo fue la incorporación paulatina, del 2010 al 2015, de los cuatro hermanos de serie Le Bóreal, L’Austral, Le Sóleal y Le Lyrial, ofreciendo un lujo muy actual y chic, lleno de detalles pero sin artificios y de la mano de una extraordinaria gastronomía. Con un máximo de 132 cabinas, su objetivo era potenciar el placer de la navegación en crucero, con la privacidad y ventajas de un yate. Un propósito conseguido, vista la fidelización de su público internacional y la pasión del viajero francés por esta propuesta. Tampoco les van a la zaga belgas, suizos, y cada vez más, alemanes, australianos o estadounidenses.
Le Bougainville es uno de los hijos pródigos de la nueva generación de buques –tercero de la clase Exploradores- que da un paso más hacia el elitismo moderno más los criterios de sostenibilidad y conexión con el medio, en este caso el universo marino.
Cruises News pudo conocerlo en una reciente visita al puerto de Barcelona, desde donde tiene diversas salidas mediterráneas este año. Su pequeño tamaño, con solo 92 camarotes y suites, lo hace ideal para recalar en puertos pequeños. En el caso de la capital catalana, en el muelle del World Trade Center, lo que permite desembarcar directamente en pleno centro de la ciudad.
En Le Bougainville todo es armónico, desde los tonos y materiales naturales, hasta la integración de los distintos espacios con el mar por medio de cristaleras.
Esos 184 teóricos pasajeros disfrutan del trato personalizado que ofrece una tripulación de 110 profesionales, en un espacio donde la vida a bordo resulta fácil, cómoda y exquisita. Donde todo está a mano. Lo primero que llama la atención en esta nave es la luz y la calidez de sus espacios. Maderas claras y muchas cristaleras proporcionan esa conexión con el entorno que buscan los viajeros por mar que prefieren el pequeño formato.
Como sus hermanos de serie exploradora, Le Laperouse y Le Champlain (y al que seguirán Le Dumont d’Urbille –este año-, Le Bellot y Le Jacques Cartier), uno de los puntos fuertes de este buque es sin duda el innovador Blue Eye lounge, un maravilloso espacio que bebe del Nautilus de Jacques Costeau, abriendo un gran ojo subterráneo –como si fuera el de una ballena- al fondo marino. Su arquitectura, inspirada en los cetáceos, resulta de lo más alucinante que hoy en día se puede hallar en un crucero, incluso por encima de las virguerías que ostentas los macrocruceros para 5.000 pasajeros.
Experiencia sensorial
Desde este ojo que todo lo ve, uno no solo se asoma a los fondos marinos –impresionantes en algunas regiones-, sino que se introduce en una experiencia sensorial. Aunque la escalinata de entrada a este espacio recuerda a la de una discoteca, lo que aguarda al viajero es un mix de vistas al corazón del mundo marino, junto con un juego de iluminación muy estimulante y efectos sonoros que inducen a la paz y la meditación. Cuenta Aurélien Soler, Sales Developer de Ponant para España y Portugal, que muchos pasajeros lo visitan poco antes de ir a dormir para conseguir una gran y rápida relajación. Este espacio funciona de momento de 20.00 a 1.00 horas con servicio de bar, donde el barman es tan sigiloso para no romper la magia que apenas se le escucha en todo el servicio. El fabuloso rincón tiene capacidad para 40 personas, una cuarta parte del pasaje, pero se visita solo con reserva, para evitar una excesiva afluencia que rompería el encanto. Algunos huéspedes lo utilizan para abtraerse durante largo rato y meditar. Pero su diseño en sí, a cargo de Jacques Rougerie, ya merece una visita, ya que incluye pantallas que proyectan imágenes subacuáticas recogidas por tres cámaras.
La gastronomía es otra de las razones para embarcar en Ponant, y en esta serie de barcos las expectativas se satisfacen rápidamente con el restaurante panorámico del puente 4, capaz de servir a todo el pasaje en un solo servicio y que incluye un área de buffet de ensaladas y postres, rematado con una bonita terraza al aire libre. Los amantes de las comidas informales a la fresca disfrutarán también del grill ubicado en el 3, junto a la piscina de la proa. Ese puente, neurálgico en la vida a bordo, incluye los mostradores de recepción, conserjería, ventas y excursiones e información turística, una zona de shopping y, en la proa, un elegante teatro con 188 sillas, donde se ofrece entretenimiento variado, de música en vivo a números de baile, y que incorpora numerosos efectos de luz y sonido. A ese nivel se encuentra también el lounge principal, muy agradable para reunirse durante el día, leer o tomar algo.
El puente cinco, además de cabinas, añade una sala de bridge; mientras que el 6, donde se ubica la galería de arte donde se organizan distintas exposiciones de artistas, y el departamento de fotografía, dispone también de un pequeño espacio con consolas de video juegos por si alguien viaja con niños, aunque no es habitual. Este nivel destaca por estar coronado en la proa por el Panoramic Lounge, un punto de encuentro para contemplar la navegación y tomar algo en un ambiente relajado, y que también puede acoger eventos y reuniones sociales. El 7, más reducido, cuenta con una zona de solárium de altura, y el cuidado spa del buque, que incluye una peluquería con vistas al mar, al igual que l sauna, junto a un pequeño gimnasio.
Le Bougainville se recorre y domina en poco rato. Pero más que su bonito continente, de líneas modernas pero con personalidad, y su sofisticado exterior con casco oscuro y perfil equilibrado, lo que lo hace único es su contenido.
Porque en su interior laten muchos ingredientes añadidos. Como su coalición con National Geographic para contar con expertos y fotógrafos que ilustren al viajero sobre las maravillas que recorra. O la colaboración con Relais& Chateaux, que simboliza la excelencia gastronómica, para ofrecer a partir del próximo año cenas de gala y nuevos platos protagonizados por los lugares de destino, y con chefs de este sello a bordo de este y los buques hermanos.
La huella francesa late en la cocina de este buque y el resto de la flota, pero destaca el esfuerzo por acercarse también a las gastronomías locales, ofreciendo productos de proximidad y recetas acordes al recorrido.
Como en un yate, el sibaritismo a bordo convive con la facilidad de recalar en puertos pequeños o exóticos y de poder realizar actividades acuáticas.
La vida en el camarote también es fundamental para los adeptos al lujo en alta mar. En el nuevo barco, como es lógico, conviven distintos niveles de alojamiento, pero incluso en la categoría deluxe con balcón, el alojamiento (19 metros cuadrados) está lleno de detalles. El más sorprendente, de entrada, resulta la separación con cristalera de la zona de lavabo y ducha respecto al camarote, de modo que recibe luz natural y el viajero sigue viendo el mar mientras toma una ducha. Por separado queda la zona del sanitario.
Los exclusivos colchones y el confort son esenciales, como los tonos naturales y suaves, para favorecer la sensación de paz que las envuelve. En las suites de mayor tamaño (de 45 metros cuadrados y en algunos casos con terrazas de 30) destacan bañeras y vestidores de un lujo muy europeo y sin estridencias, ideal para largas estancias de quienes encadenan más de un itinerario. Y por supuesto en estas suites se incluye servicio de mayordomo.
Ponant
No hay que perder de vista que las rutas de la naviera incluyen destinos exóticos y puertos pequeños, lo que da pistas sobre el disfrute que se hace del entorno. Por eso, el nuevo barco está provisto de juguetes de mar, como motos acuáticas, y destaca por una plataforma hidráulica que facilita mucho tanto la accesibilidad en el embarque como el acceso a zodiacs en algunos destinos, o para saltar al mar para nadar o bucear, o practicar padel surf, entre otros deportes, con una marina de tres posiciones. Quien lo prefiera, no obstante, puede nadar en su piscina infinity, que además permite el efecto controrriente.
Esta generación de buques de expedición de última generación, con sus 131 metros de eslora y potentes estabilizadores permite acceder a remotos destinos, tanto polares como tropicales, y manteniendo siempre un nivel máximo de servicios. Y esa conexión con fascinantes rincones del planeta hace que la ingeniería del buque, y toda la serie (con nombres de exploradores franceses que hicieron historia), haya tenido muy presentes criterios medioambientales. Se trata de un ‘barco limpio’, con mínimo impacto contaminante y últimas tecnologías en tratamiento de residuos y del agua.
En cuanto a rutas, en los próximos meses Le Bougainville viajará sobre todo por el Mediterráneo y el Adriático. Y profundizará en pequeñas islas griegas, así como en la costa dálmata y turca. A final de año tomará rumbo a la zona de Seychelles y Mauricio, donde pasará el invierno, que no lo será para sus viajeros…
Eso sí, quienes busquen un invierno de verdad, ya pueden reservar con el futuro Le Commandant Charcot, su primer buque de exploración polar de lujo con propulsión híbrida (con gas natural licuado), que Ponant inaugurará en el 2021, con itinerarios únicos de dos a casi cuatro semanas por el Polo Norte y Groenlandia, entre otros.
En Le Bougainville todo es armónico, desde los tonos y materiales naturales, hasta la integración de los distintos espacios con el mar por medio de cristaleras.
Como en un yate, el sibaritismo a bordo convive con la facilidad de recalar en puertos pequeños o exóticos y de poder realizar actividades acuáticas.