Por Virginia López Valiente – Directora General de Cruises News Media Group y Editora de la revista CruisesNews
Sentir el privilegio de ser uno de los pocos que han visitado las dos ciudades nabateas y la civilización antigua más enigmática y atractiva de la historia. Así es la sensación con la que regresas del crucero por el Mar Rojo de MSC cruceros.Ni es la primera vez que viajo en Yacht club ni la primera que MSC Cruceros me crea un recuerdo privilegiado. Ya me ocurrió visitando Pompeya en plena pandemia, vacía, solo para nosotros.
Esta vez he visitado Jordania, Arabia Saudita y Egipto en una semana, con todas las comodidades del Yacht Club de MSC Splendida y volviendo a experimentar lo pequeñitos que somos ante este mundo maravilloso en el que vivimos.
No, aún no había visitado Petra y solo por eso ya valía la pena hacer este viaje. Petra fue la capital de la civilización nabatea, ese pueblo beduino que habitaba el desierto arábigo entre aproximadamente el siglo IV a.c y el I d.c. Petra es de sobra conocida y por eso siempre está lleno de turistas, aunque no por ello vas a dejar de visitarla. Lo que sí había visitado es Egipto varias veces, de varias maneras y aún así y con toda la gente que hay siempre por todas partes ¡cómo no vas a disfrutarlo!. Los Egipcios son probablemente la civilización antigua más conocida y a la vez esconde muchos enigmas sin resolver. Volvería, volveré, una y mil veces. ¿ Merece la pena un crucero solo por estos dos destinos? Pues claro, hemos hecho muchos cruceros con destinos sencillitos y aunque todo tiene su encanto, esto es algo más. Hasta aquí por supuesto ya acumulas recuerdos imborrables pero es que este crucero te lleva a Arabia Saudita donde visitar la otra gran ciudad nabatea, Hegra. No voy a dar muchas más pistas porque este viaje merece un reportaje en la revista de marzo pero llegar a Alula, ver los monumentos mortuorios de Hegra, ese desierto, volar en avión privado para hacerlo posible, fotografiarte delante del Elephant rock al atardecer con una luz inigualable y sin que nadie más salga en la foto, es otro de esos recuerdos especiales que un crucero me ha proporcionado y a sabiendas de que soy una privilegiada.
No voy a dar más envidia, solo sumarle a esto el servicio de Yacht Club, 2 días de navegación para recargar pilas y una estupenda compañía con quien compartir todos estos momentos.