Sostenibilidad y amén.
Por Virginia López Valiente
Directora General de Cruises News Media Group y Editora de la revista CruisesNews
Editorial perteneciente a la revista CruisesNews nº61 – Junio 2022
Las compañías de cruceros tienen la gran responsabilidad de tener que ser más conscientes de la sostenibilidad y el medioambiente que cualquier otra industria vacacional. Solo percibida como un sector de innumerables mega naves que van más allá para satisfacer las incesantes demandas de pasajeros sin control, resulta que es con diferencia la industria turística más avanzada y que más invierte en ecología y sostenibilidad. El espectro inminente de una crisis climática ha llevado a la industria de cruceros a un enfoque más nítido, bajo más escrutinio que nunca.
Este sector representa solo el 2% de la industria de viajes en general, siendo solo una pequeña parte de los 1.500 millones de viajes individuales que se realizan por año, pero con la carga aparente de tener que soportar ante los ojos de muchos, la responsabilidad total del calentamiento global.
Para bien o para mal, la pandemia ha acelerado el cambio de la industria de cruceros para siempre y las compañías han invertido más aún en gestión ambiental también por razones financieras y políticas.
Aunque nos parezca complicado proteger todos los entornos, hay lugares en el mundo muy fuertemente protegidos. Los fiordos noruegos son algunas de las áreas de belleza natural más impresionantes del mundo y como tales, se han convertido en un destino muy demandado por los cruceros. En los últimos años, el aumento en el tráfico a través de estas aguas ha llevado a que los gobiernos se centren más en revertir “las voces contra el impacto ambiental” de los cruceros. Ya hay normas para bajas emisiones, pero el plan es ir a cruceros totalmente libres de emisiones en los fiordos y las aguas circundantes para 2026. Por poner otro ejemplo más lejano, Las Galápagos es otra región fuertemente protegida y los cruceros ahora están limitados a un máximo de 100 pasajeros. La Autoridad del Parque Nacional de las Galápagos gestiona las rutas alrededor de las islas y asigna slots para que los barcos las visiten.
El reto para ambos escenarios tanto en Noruega y Galápagos es el deseo e incluso la necesidad de que el turismo sostenga económicamente las áreas mientras mantiene la belleza natural que las hace tan atractivas.
Por supuesto ya se están realizando enormes innovaciones tecnológicas para reducir las emisiones, desde los a veces cuestionados scrubbers, el gas natural licuado, las celdas de combustible, el almacenamiento de los lodos del scrubber a bordo para depositarlos de manera segura en tierra en lugar de en el mar y la conexión eléctrica a tierra mientras el barco está en puerto.
Desafortunadamente en este momento, simplemente no existe la infraestructura global para proporcionar los tipos de combustible que se necesitarán en el futuro. Si bien habrá un aumento significativo en la disponibilidad de GNL en los próximos años, este proceso llevará tiempo y aún no cubrirá todos los puertos visitados por cruceros, por no hablar de que hay más barcos preparados para conectarse a electricidad de tierra y apagar motores, que puertos con infraestructura para ello.
Del resto de acciones de la industria como la gestión de residuos por ejemplo, hablaremos en otro capítulo, más que nada por su extensión, porque no olvidemos que un barco de cruceros no es un medio de transporte en el que pasas unas horas, es un lugar donde viven cientos o miles de personas al menos unos días y tenemos la infantil manía de compararlos con coches, no así con aviones que siendo medios de transportes también, son bastante menos cuestionados y tienen un impacto en el medio ambiente muchísimo más alto.
