Ayer, jueves 16 de septiembre de 2021, el Puerto de la Bahía de Toulon dio la bienvenida al primer crucero desde hace más de 18 meses, el Mein Schiff 2 de TUI Cruises, en la Seyne Cruise Terminal. Sin embargo, durante la crisis los muelles de la bahía de Toulon no se quedaron vacíos, ya que el puerto y la comunidad local han seguido acogiendo a los cruceros en sus escalas de lay-up. A un ritmo de 2 a 3 buques atracados continuamente desde la primavera de 2020, han sido15 las escalas en la bahía de Toulon, con una duración que van desde unos días hasta varios meses.
Así pues, ayer fue un día muy especial que marcó un hito en la historia de la actividad de cruceros en la bahía de Toulon con el regreso de los cruceristas. A pesar de un parón total en la recepción de cruceristas, el Puerto de la Bahía de Toulon continúa perfeccionando su promoción como destino de cruceros. Se ha trabajado en el desarrollo de la oferta en tierra, especialmente para los pasajeros independientes, favoreciendo un posicionamiento de destino «slow», es decir, ofreciendo un «turismo de ritmo lento», una elección que respeta el territorio, y que también responde a la necesidad de los visitantes de ralentizar el ritmo y disfrutar de momentos más pausados durante su crucero.
Parece que este posicionamiento y todo el trabajo que conlleva es bien valorado por las compañías de cruceros y el calendario para 2022 es prometedor, con una media prevista de 90 escalas de 16 compañías diferentes, para unos 200.000 cruceristas. Además, es interesante ver que este giro estratégico parece tener un impacto en la segmentación del mercado, ya que se espera que el 84% de las escalas de cruceros programadas en 2022 procedan de los segmentos Premium y de lujo.