El primer teniente de alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Collboni, y la presidenta del Port, Mercè Conesa, se han reunido con los dirigentes de las principales navieras que operan en el Port de Barcelona para analizar la situación del sector en el actual contexto de pandemia. La reunión, que ha tenido lugar de manera presencial al Ayuntamiento de Barcelona y virtualmente, ha contado con la participación del concejal de Turismo e Industrias creativas, Xavier Marcé, el director general del Port, José Alberto Carbonell; y por parte de las navieras, el director general de CLIA Europe (Cruise Line International Association), Ukko Metsola; el director de CLIA España, Alfredo Serrano; representantes de navieras miembros del Comité Ejecutivo de CLIA; el director general de Costa Group y Carnival Asia, Costa Crociere S.p.A, Michael Tamm y Luigi Stefanelli; el director ejecutivo de MSC Cruises S.A, Pierfrancesco Vago; y el director de MSC España, Fernando Pacheco.
La Presidenta del Port de Barcelona, Mercè Conesa ha afirmado que “la voluntad del Port de Barcelona es la de reiniciar la actividad a partir de 2021, trabajando conjuntamente con las autoridades sanitarias para garantizar unas terminales COVID free y unos protocolos seguros para los viajeros y para los ciudadanos de las localidades visitadas”. Mercè Conesa también ha recordado que los cruceros que llegan a Barcelona generan en la ciudad y alrededores alrededor de 9.000 puestos de trabajo y que anualmente la facturación del sector es de 1.083 millones de euros, aportando a la economía catalana 562 millones.
Por su parte, el primer teniente de alcaldía y responsable del área de Economía, Trabajo, Competitividad y Hacienda, Jaume Collboni, ha transmitido a las principales navieras “la predisposición del Ayuntamiento a recuperar un sector clave para la economía, teniendo en cuenta que Barcelona quiere un modelo de turismo sostenible, medioambiental y socialmente, y compatible con la vida en la ciudad”.
El teniente de alcaldía ha recordado que Barcelona firmó un acuerdo para ordenar la actividad crucerística, limitando las terminales a 7 y concentrándolas en el Muelle Adossat, y para reducir las emisiones de los barcos y el impacto medioambiental a largo plazo, en un plan que se está desarrollando por fases hasta el 2023, y que incluye también la mejora de la movilidad entre el Port y la ciudad y la creación de espacios ciudadanos. «La industria de los cruceros es una industria relevante para el turismo de Barcelona y queremos seguir siendo puerto base de salida y llegada de los cruceros», ha seguido Collboni, «tenemos una agenda compartida de trabajo sobre la sostenibilidad y Barcelona quiere seguir siendo referencia en el Mediterráneo». Para el teniente de alcaldía «este es un sector que permite entre otros fortalecer nuestra conectividad internacional a nivel aeroportuario, creando una sinergia importante entre las dos infraestructuras de la ciudad: puerto y aeropuerto».