Desde los inicios de la navegación, los marinos han ido acuñando una serie de ceremonias, fruto primero de la superstición, que auguraban suerte el buque en el comercio, o un Dios Eolo moderado, o simplemente tener suerte frente a los elementos, o en el combate con los piratas y corsarios.
Reportaje perteneciente a la revista CruisesNews 49 – Junio 2019
Actualmente, los buques de pasaje son herederos de estas tradiciones, que mantienen porque ofrecen un impacto mediático y de marketing considerable.
Las principales civilizaciones de la antigüedad, como los babilonios, griegos y romanos, pedían a sus dioses que mantuvieran sus barcos a salvo en el agua. Casi todas las culturas del mundo tienen una ceremonia tradicional para botar un nuevo barco. Los turcos, por ejemplo, sacrificaban un cordero, pero hoy suele ser una botella de Champagne la sacrificada en el casco.
Historia de las madrinas
Desde siempre se ha identificado a una madrina inspira benevolencia femenina en el buque y le protege en los futuros viajes. Curiosamente, en la Edad Media las mujeres en un barco se consideran mala suerte, e incluso no se les permitía navegar en buques mercantes o militares. Los marineros temían que una mujer a bordo se enojara con los dioses del mar y causara mal tiempo y una navegación difícil.
Esta situación comenzó a cambiar en el siglo XVII. Los astilleros de buques de vela comenzaron la tradición de tallar en la roda la cabeza de una mujer. Se pensaba entonces que las mujeres tienen mejores ojos para la navegación. Sin embargo, en la Francia del siglo XVIII, las botaduras y los bautizos de buques eran similares a las ceremonias de boda tradicionales, con participantes masculinos y femeninos. El armador escogía padrino y madrina, y ambos bautizaban el buque. Esta es posiblemente la primera mención de una madrina, pero aún no aparece la botella de champán.
Según los cronistas, no fue hasta el siglo XIX cuando, en Estados Unidos, se nombró a la primera mujer identificada como madrina: la señorita Lavinia Fanning Watson, hija de uno de los hombres más ricos de Filadelfia. La señorita Watson rompió la botella de agua y vino en 1846 en la proa del Germantown, que se convirtió en el primer buque de la Marina norteamericana patrocinado por una mujer. Desde entonces, primero en Estados Unidos, y luego en el resto del mundo, las madrinas se volvieron más y más comunes. Primero utilizaron botellas de cognac y whisky, y el champagne no comenzó a ocupar un lugar destacado hasta finales del siglo XIX.
Otros historiadores hablan de que fue la Royal Navy británica la que comenzó a ofrecer el honor de bautizar sus buques a mujeres. En el siglo XX ya era una práctica extendida y todos los buques con una cierta leyenda (Queen Mary, Normandie, Rex, etc) tuvieron su madrina.
Y desde mediados de los años ochenta, llegó la popularización de rol. Ya no solo eran reinas, primeras damas, o la hija del armador, sino actrices, deportistas, músicos, etc. Las navieras ya no eran entidades públicas o subvencionadas, sino empresas privadas. Y los bautismos comenzaron a tener un tono más comercial. Audrey Hepburn amadrinó el Star Princess en 1989, Lauren Bacall el Monarch of the Seas en 1991, o Julie Andrews con el Crystal Serenity en 2003.
Y su papel se ha ampliado: ya no sólo rompen la botella del Champagne, sino que también ayudan en la publicidad del armador y en el lanzamiento comercial de propio buque. O contribuyen a causas benéficas recogiendo fondos en los bautismos. Hay otras ventajas, más allá del honor de ser elegida. A menudo reciben joyas u otros regalos, o cruceros gratuitos. Audrey Hepburn, la madrina del Star Princess en 1989 navegó en el crucero inaugural por el Caribe del buque.
Los deberes actuales de una madrina más allá de la ceremonia de bautizo son prácticamente nulos, y como los padrinos con sus ahijados, algunas se encuentran más involucradas con sus buques que otras.
Distintos tipos de ceremonia
Desde que se firma el contrato de construcción de un buque, hasta su entrega por el astillero, pueden transcurrir tranquilamente entre dos o tres año, incluso más tiempo.
Este tiempo es aprovechado por los armadores para ir introduciendo poco a poco el buque en el mercado, mostrando, generalmente con cuentagotas, los nuevos detalles del mismo: sus camarotes, los nuevos chefs que cocinaran en sus suntuosos restaurantes, o los toboganes de vértigo de sus cubiertas exteriores.
Pero el mejor elemento para introducir un buque en el mercado son los hitos parciales que jalonan su construcción.
El primer hito en la construcción de un buque es la firma del contrato, o incluso de la carta de intención antes del contrato en firme. A nivel publicitario es el que menos se utiliza por las navieras, aunque hay algunas excepciones.
Por ejemplo, la firma de la carta de intención para la construcción de los gemelos MSC Meraviglia y MSC Bellissima el 20 de marzo de 2014, entre el sr. Aponte y Pierre Moscovici (actual Comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros), en Paris tuvo una amplia difusión en los medios. La firma del contrato del Azara, y de su gemelo, entre Ritz Carlton y el astillero vigués Barreras, contó con la presencia del presidente de la Xunta Alberto Núñez Feijoo, y gran repercusión en los medios locales.
Corte del acero
Tras la firma definitiva del contrato, el astillero comienza la construcción del buque. Lógicamente, lo primero es montar el casco. En un mega buque moderno se pueden llegar a cortar más de 200.000 piezas de chapa, y todas ellas hay que diseñarlas por ordenador. Cuando este diseño está acabado, el corte de la primera de las piezas de chapa es otro hito de la construcción de un buque.
Es una ceremonia que se realiza en el astillero, junto a una piscina que aloja la máquina de corte por plasma o el corte por laser. En este entorno tan fabril no encaja aún el glamour de las madrinas, y suelen estar presididas por directivos de la naviera y del astillero, empleados, y los medios de comunicación en general. Se suelen pronunciar un par de discursos y luego el astillero concede a un invitado (generalmente relacionado con el armador) el privilegio de presionar el botón de inicio del cortador láser.
Esa herramienta corta la primera pieza de chapa de acero utilizada en la producción del buque. A menudo, esa pieza es el perfil del barco y será un regalo para los invitados, o incluso se puede tratar de una pieza real del buque. Conviene recordar que pueden pasar aún dos años hasta la entrega del buque desde esta ceremonia. Teniendo en cuenta el tamaño de algunos buques, este es un marco temporal notable.
Su importancia es que durante la misma el armador suele desvelar el nombre del buque. Por ejemplo, el pasado 1 de febrero, Royal Caribbean International aprovecho el corte de la primera pieza de acero de su segundo buque del tipo Quantum-Ultra en el astillero Meyer Werft para anunciar que será bautizado Odyssey of the Seas. MSC Cruises, el pasado 26 de noviembre, anunció que primero de los dos buques Seaside EVO se iba a llamar MSC Seashore, durante la ceremonia del corte de acero en la factoría de Monfalcone de Fincantieri.
Pero no siempre es así: el pasado 24 de abril se comenzó el corte de las 400.000 piezas de acero del quinto buque tipo Oasis en Chantiers de l’Atlantique, y Royal Caribbean no hizo anuncio alguno al respecto.
Ceremonia de la moneda, puesta de quilla o colocación de la primera sección en dique
Esta tradición se remonta a cuando los marineros solían colocar monedas de oro debajo de la base del mástil. Esta práctica pretendía mejorar la suerte de las velas, de tal manera que siempre encontraran viento. Si se cambiaba el mástil, se reemplazaba la moneda. A veces, las monedas de oro no estaban simplemente colocadas en una cuaderna de buque, sino que eran visibles a pasajeros y tripulación. El oro en sí mismo se consideraba que daba suerte en los días de la construcción naval antes de la llegada del acero.
La ceremonia de la moneda se puede interpretar de dos maneras: generalmente tiene lugar cuando la quilla del buque se coloca en la imada de la grada. O en tiempos más modernos, en el momento en que una enorme grúa pórtico coloca la primera sección en el dique de construcción. Es el primer rito con madrina, o madrinas, ya que una suele ser nombrada por el astillero, generalmente una empleada, y otra por el armador.
Antes de colocar el primer bloque, se sueldan unas monedas al mismo para que den buena suerte al buque. Estas monedas suelen ser la moneda nacional del astillero, y la moneda nacional del armador: generalmente, euros y dólares, aunque algunas veces se han utilizado piezas con un cierto valor numismático. Esta tradición es muy fuerte en armadores latinos, por ejemplo, MSC Cruceros o Costa.
En los armadores escandinavos y británicos, la liturgia es diferente: en lugar de la base del mástil, las monedas se colocan en el propio mástil, que en los buques modernos es el soporte de los radares, antenas, etc. Es la pieza más alta del buque, por lo que para poder soldar las monedas, la embarcación tiene que estar acabada, y por lo tanto coincide con la primera ocasión en la que el buque flota, con su botadura. El Viking Sun, en diciembre de 2016, tuvo como madrina, al ser el primer buque de la compañía en China, a la señora Yi Lou, Vice Presidenta de China Merchant Bank Financial Leasing (CMBFL). Se soldaron monedas conmemorativas de su año de nacimiento, así como del de sus padres. También se soldó una moneda de 1911, el año de nacimiento de la madre del CEO de Viking, Torstein Hagen. Cunard, por ejemplo, sigue esta segunda liturgia. En este caso, la ceremonia de la moneda y la botadura del buque coinciden.
La botadura de un buque, que históricamente coincidía con su bautismo hasta el boom de los cruceros, es hoy una ceremonia casi anónima. Primero, porque flotar un buque en el dique de construcción no tiene la espectacularidad de verlo deslizarse en la grada durante su botadura. Así, el astillero vigués Hijos de J. Barreras celebró en octubre pasado la botadura del buque de cruceros de lujo que está construyendo para The Ritz-Carlton Yacht Collection. La proa del buque fue engalanada con la enseña nacional, y acudieron D. Francisco Conde, conselleiro de Economía e Industria, D. Abel Caballero, alcalde de Vigo, D. Douglas Prothero de The Ritz-Carlton Yacht Collection, y el presidente del astillero Barreras, D. José García, entre otros. Y segundo, porque desde la botadura puede quedar aun meses hasta la entrega, y el buque, sobre todo interiormente, no esta “presentable».
Entrega del buque y cambio de bandera
Una vez que el buque está completamente acabado, y que se han realizado a plena satisfacción las pruebas de mar, el astillero cede la propiedad del buque al armador, que firma la recepción del mismo. Y se produce el cambio de bandera al registro en el que se va a matricular el buque. Toda la tripulación ya está a bordo, y el buque puede funciona al 100 %, salvo los lógicos remates.
La entrega se suele realizar en el astillero, y está muy cerca en el tiempo del bautismo, por lo que no suele ser una ceremonia mediática, aunque tiene su propia madrina. Pero hay excepciones muy interesantes, como por ejemplo MSC Cruceros. Así, el 31 de mayo de 2017, STX France entregó el MSC Meraviglia, a MSC Cruceros en St Nazaire, con la presencia del presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, que ayudó a Zoe Africa Vago, la madrina de la entrega, e hija de Pierfrancesco Vago y Alexa Aponte, a romper una botella de champagne en el casco del buque. En ese acto, Macron comentó con los trabajadores del astillero la compra del mismo por Fincantieri, así como la larga relación comercial entre astillero y armador, que ha significado la construcción de trece buques desde 2003 a la actualidad. La ceremonia finalizó con la firma de la entrega entre Laurent Castaing y Gianluigi Aponte, que entregó el mando del buque al capitán Raffaele Pontecorvo.
También en noviembre de 2017, el presidente de la República Italiana, Sergio Matarella, presidió la entrega del MSC Seaside en Monfalcone, y se convirtió en su primer pasajero.
Holland America Line, 150 años de madrinas
Holland America Line fue uno de los primeros armadores cuyos buques fueron bautizados con madrinas. El Rotterdam, botado en 1872 fue bautizado por la señora Hus, la mujer de su primer capitán.
Las mujeres de la familia real holandesa han bautizado once buques de Holland America Line, incluyendo el Statendam en 1929, que fue bautizado por el príncipe Hendrik y el Nieuw Amsterdam en 1937, por la reina Guillermina. La entonces princesa Beatriz bautizó el Statendam en 1957 y el Prinses Margriet en 1964. En 1958, el mítico Rotterdam fue bautizado por la reina Juliana. La princesa Margarita es una madrina prolífica: fue seleccionada hasta en cuatro ocasiones por HAL para este papel. Comenzó con el Prinsendam en 1973; siguió con el Nieuw Amsterdam en 1983, Rotterdam en 1997 y Oosterdam en 2003. La reina Beatriz sirvió como madrina del Eurodam en 2008, y la entonces princesa Máxima fue la madrina del Nieuw Amsterdam en 2010, para repetir ya como reina con el Koningsdam.
Pero Holland America Line, sobre todo en las últimos años, ha diversificado la selección de madrinas, dando entrada a algunas plebeyas… eso si, muy ilustres. Así, la actríz Debbie Reynolds fue la madrina del Veendam en 1993 y su colega June Allyson hizo lo propio con el Maasdam ese mismo año. El mundo del periodismo está representado por Joan Lunden la madrina del Zuiderdam en 2002, y con Oprah Winfriey, que fue madrina en dos ocacasiones del mismo barco, el Nieuw Statendam, ya que tuvo ese honor tanto en la botadura, como en el bautismo. El único giño al deporte de Holand America ocurrió en 1999, cuando la tenista Chris Everet amadrino el Volendam.
Por último, Janet Lanterman, la mujer del anterior CEO de Holland America Line Kirk Lanterman, fue la madrina del Amsterdam en el 2000.
Empleadas como madrinas
En 2010, Cunard hizó un guiño a sus empleados al seleccionar a Florence Farmer como la madrina, tanto en la ceremonia de la moneda en Fincantieri, como en el bautismo en Southampton. La señora Farmer es la viuda de Willie Farmer, que trabajo en Cunard desde 1938 a 1979 como Jefe de Máquinas a bordo del primer Queen Elizabeth y luego del Queen Elizabeth 2.
Y el pasado 5 de mayo, el Hanseatic Nature fue bautizado en Hamburgo por Isolde Susset, la responsable de los cruceros de ese armador durante los últimos quince años. En el acto estuvieron presentes más de 200 empleados del armador.
Y por último, Marella Cruises siempre escoge entre sus empleadas y colaboradoras a las madrinas de sus buques. Su última adquisición, el Marella Explorer 2, bautizado esta primavera en Málaga, tuvo dos madrinas: una cocinera, Mary Moreno, que trabaja para Marella Cruises desde 2015 y la sobrecargo de TUI Airways Paula Clark, que trabaja en la compañía desde 1975.
Disney Cruise Lines eligió en 2011 una madrina especial para el Disney Dream: Jennifer Hudson comenzó su carrera en 2003 como cantante en el Disney Wonder. Fue el primer paso de una carrera que le llevó a ganar American Idol y un Premio Grammy. Jennifer agitó una varita mágica para bautizar el barco antes de que un helicóptero rompiera la botella en la proa del Disney Dream.
Cunard y P&O, madrinas de Windsor
El 26 de mayo de 1934, la reina de Inglaterra por aquel entonces, Mary, se convirtió en la primera monarca en ejercicio que actuaba de madrina en un buque mercante, al estrellar una botella de vino australiano en el casco del Queen Mary, durante su botadura. 250.000 personas fueron testigos de la efeméride. Su marido, el rey Jorge V tuvo una discreto presencia en la ceremonia.
Desde entonces, todas las mujeres de la casa de Windsor han estado muy relacionadas con la botadura de los buques de las grandes navieras británicas, sobre todo Cunard y P&O. La reina Isabel ha sido protagonista de los bautizos del legendario Queen Elizabeth 2 en 1967, y también del Queen Mary 2 en 2004. La última vez que la actual monarca británica actuó de madrina fue con el Britannia, el buque insignia de la P&O, que fue bautizado en 2015.
Cuando era princesa, fue la madrina del Caronia en 1947. Su madre, la reina Elizabeth, había oficiado de madrina durante la bitadura del Queen Elizabeth en 1938. Su hija, la princesa Ana, fue la madrina del Aurora, de la P&O.
Pero el punto de inflexión en la popularidad de las madrinas fue la elección de Diana de Gales para convertirse en la protectora del Royal Princess, de la P&O, en noviembre de 1984. La princesa Diana supo dotar del glamour necesario a una ceremonia que se celebró en Southampton. Las palabras que pronunció “Yo bautizo este buque Royal Princess. Que Dios bendiga al buque y a todos los que naveguen en el buque”, dieron la vuelta al mundo. Curiosamente, la mujer que la sustituyó en el corazón de su marido, Camilla Parker Bowles, fue la madrina del Queen Victoria el 10 de diciembre de 2007 en Southampton.
Y en 2013, la que hubiera sido su nuera, Kate Middleton, fue la madrina del nuevo Royal Princess, en una espectacular ceremonia presidida por la Duquesa de Cambridge en Southampton. Esta ceremonia combinó tradiciones náuticas, con elementos británicos y toques contemporáneos. Ese año, la duquesa había sido nombrada una de «The 100 Most Influential People In The World», por Time Magazine y el bautismo del Royal Princess fue su último acto público antes de dar a luz a su primer hijo en julio de ese año. Su imagen de princesa moderna la convirtió en una excelente elección para un buque innovador como lo fue el Royal Princess. Parece que la próxima elección para amadrinar un buque Cunard o P&O será Meghan Markle, la duquesa de Sussex.
P&O, cuando no selecciona a miembros de la familia real británica, mantiene una cierta relación con los Windsor. Así, la madrina del Ventura fue la actriz Helen Mirren, que protagonizo la película «La Reina», una biografía de Isabel II.
Royal Caribbean, innovando en la selección de madrinas
En su mas de medio siglo de existencia, Royal Caribbean ha tenido varias iniciativas novedosas con las madrinas. Con su trio Sovereign fue relativamente convencional: el Sovereign of the Seas lo amadrinó en 1987 Rosalyn Carter, la primera dama norteamericana de aquella; el Monarch of the Seas fue bautizado por la actriz Lauren Bacall en 1991; y el Majesty of the Seas fue bautizado por la reina Sonja de Noruega un año más tarde. Luego tuvieron ese rol varias mujeres de las familias de los armadores: Wilhelmsen, Fain, Ofer, etc.
Posteriormente ha tratado de desmitificar, o popularizar, el rol de madrina. Fue una de la primera navieras en postular a una mujer de color, Whoopi Goldberg, como madrina del Viking Serenade en 1991, y luego la hizo repetir en 2003 en el Serenade of the Seas. Latinas como Gloria Estefan, la cantante cubana, ha sido madrinas por duplicado con Royal Caribbean. En 2002 escogió a Rudolph Giuliani, alcalde de Nueva York, como padrino del Adventure of the Seas, como homenaje a esa ciudad tras los atentados del 11 de septiembre, junto a un grupo de policías y bomberos. Fue uno de los primeros padrinos (o padrinos grupales) de un crucero.
Por ejemplo, en 2006, el Freedom of the Seas fue amadrinado por Katherine Louise Calder. Royal Caribbean buscó a una mujer cuyos logros extraordinarios fueran desconocidos para el gran público. El lugar de una celebridad, RCI escogió a la señora Calder, que había sido madre adoptiva de cientos de niños con necesidades especiales. Y otra novedad: fue escogida por votación popular en todo Estados Unidos. En 2010 llegó el Oasis of the Seas, y como era el buque mas grande del mundo, tuvo siete madrinas.
En 2010, con el Allure of the Seas, Royal Caribbean seleccionó a una princesa de ficción, Fiona, como madrina. Una decisión que rentabilizó la popularidad de Shrek (de aquella se había estrenado la cuarta película de la saga), y que reflejaba la buena salud del acuerdo entre la naviera y Dreamworks para integrar los personajes de sus películas en la flota de cruceros. La ceremonia de bautismo incluyó una procesión de gaitas y tambores, que culminó con la rotura de la botella de champán ¡tras un golpe de karate de la princesa Fiona!
En 2016, Royal Caribbean volvió a escoger a una madrina anónima para el común de los mortales, pero con unos logros sociales indudables, como madrina del Harmony of the Seas, el tercer Oasis. Brittany Afolter, una maestra de 23 años, fue escogida tras ayudar a estudiantes de bajos ingresos, muchas veces en situación de exclusión social, en su tiempo libre. Para Michael Bayley, el presidente de Royal Caribbean International “una lección de vida”, que estrelló una botella de champagne Veuve Clicqot de 2 metros contra la roda del gigante.
Y en 2018, otra innovación RCI. Una familia apadrinó al Symphony of the Seas, el cuarto Oasis, Carlos y Alexa PenaVega, junto a su hijo Ocean de 17 meses. Otro guiño al público objetivo del buque, las familias, pero también a unos pasajeros fieles que habían realizado unos cuantos cruceros previamente con Royal Caribbean. Incluso se habían conocido en un crucero.
Celebrity Cruises, otra compañía del grupo RCCL, tambián da un tinte social a sus madrinas. El Celebrity Reflection fue amadrinado conjuntamente por Jovanka Goronjic, Megan Mathie, Helen O’Connell y Rosey Rodriguez, todas ellas empleadas que habían sobrevivido a un cáncer.
Norwegian ¡Llegan los padrinos!
Norwegian Cruise Line (NCL) revolucionó el mercado de los cruceros en 1980 con la entrada en servicio del Norway. Cuando este buque fue botado en 1960 como France, fue por Yvonne de Gaulle, la mujer del presidente francés Charles de Gaulle. Sin embargo, en su segunda existencia no tuvo madrina, algo inconcebible hoy en día. Sin embargo, NCL pronto comprendió las bondades de amadrinar sus buques, y el Seaward fue bautizado en 1988 por Greta Waitz, la legendaria corredora de maratón noruega. Diana Ross y Barbara Bush fueron luego las madrinas del Dreamward y Windward a comienzos de los noventa, siguiendo los patrones existentes de seleccionar a actrices, atletas, etc. En 2005, el Norwegian Jewel fue amadrinado por la primera dama norteamericana actual, Melania Trump.
Pero esta década NCL comenzó a innovar en sus bautizos. Con la serie Breakaway todo comenzó a cambiar. Primero llegaron las ceremonias tematizadas según la ciudad escogida para el bautizo, con grupos de mujeres como madrinas. Así las Rockettes del Radio City Music Hall fueron el grupo de madrinas seleccionadas para el Norwegian Breakaway, que fue bautizado en Nueva York. Un año más tarde, fueron las cheerleaders de los Miami Dolphins las madrinas del Norwegian Getaway.
El siguiente paso fueron los padrinos. Cuando Norwegian Cruise Line seleccionó a Pitbull para bautizar al Norwegian Escape en 2015, intentó romper el molde de la «madrina». Aunque no fue el primero, quizás si lo fue con ese propósito heterodoxo. Pero Pitbull lo hizo a las mil maravillas, promocionó notablemente la marca y el buque, y NCL decidió repetir: el Norwegian Bliss fue apadrinado por Elvis Duran en Seattle.
Además, NCL intenta perpetuar la relación entre buque y madrina en el tiempo. Así, Pitbull ha dado varios conciertos a bordo de los buques e incluso ha compuesto melodías para campañas publicitarias. Y las Rockettes han navegado varias veces ofreciendo espectáculos de danza y clases de fitness a los pasajeros.
Elvis Duran es un locutor que presenta un programa matinal de radio que tiene una audiencia de cinco millones de oyentes. NCL se planteó si esa audiencia podría ser un mercado potencial de Norwegian Cruise Line y le ofreció ser el padrino del Norwegian Bliss. Tras el anuncio inicial en el programa, el tráfico de la microweb de Norwegian Bliss se disparó un 2.000%; las visitas a la web y las llamadas al centro de llamadas de NCL aumentaron un 575%. Y las reservas del Bliss crecieron un 72%, y las reservas globales de NCL, un 27%. Desde entonces, Elvis Duran ha continuado su relación con NCL y de una manera que no suena como publicidad.
Costa y MSC Cruceros, dos estrategias diferentes
MSC Cruceros lo tiene claro a la hora de escoger la madrina de sus buques. Su única opción es Sofia Loren, que se inició sin embargo como madrina con el Crown Princess en Nueva York en 2002. La leyenda italiana comenzó con el MSC Lirica en Nápoles en 2003 y desde entonces ha roto catorce botellas de champagne en la proa de todos los nuevos buques de la naviera transalpina. Sofia Loren es fiel reflejo de la gracia y elegancia mediterránea que MSC Cruceros quiere transmitir, y es además reconocida a ambos lados del Atlántico.
Para MSC Cruises, Sofia Loren es un icono de belleza clásica, estilo italiano y elegancia, que define el posicionamiento de marca de MSC Cruceros. Ha conseguido ser parte integrante del concepto MSC Cruceros.
Por el contrario, Costa Cruceros ha optado por diversificar sus madrinas. Sobre la base de ser un armador pan europeo, ha tratado de que todos los países que nutren de pasajeros sus buques tengan alguna madrina. Hay dos españolas que son madrinas de buques Costa: Inés Sastre del Costa Mediterránea en 2003, y Paz Vega del Costa Mágica en 2004. Pero también francesas como Marion Cotillard con el Costa Serena en 2007, aunque lógicamente la parte de león se la llevan las divas italianas, como Claudia Cardinales, que fue la madrina del Costa Atlántica en el 2000, o Maria Grazia Cucinotta con el Costa Fortuna en 2003. La entrada en el mercado chino ha supuesto la aparición de madrinas de esa nacionalidad, como Gan Beyge con el Costa Venezia este mismo año.
Otros armadores italianos, como Silversea, son muy tradicionales y solo escogen madrinas entre las mujeres de la familia. El primer buque de Silversea, el Silver Cloud, fue bautizado por la madre del consejero delegado, Eugenia Beck Lefebvre; y el más reciente, el Silver Muse, por su hija, Costanza. Este criterio era utilizado por Costa antes de su compra por Carnival, o por Radisson cuando eran los dueños de Regent Seven Seas Cruises.
Combinación de ceremonias
Para aumentar el impacto mediático, sobre todo en los hitos menos importantes, las navieras pensaron en mejorar la penetración en los medios combinando ceremonias que se celebran en distintos lugares.
El precursor de esta tendencia fue Viking River Cruises, que en 2014 bautizo siete buques fluviales (tres en Avignon y tres en Rostock, Germany), mientras que el día anterior había bautizado nueve en Amsterdam. De hecho, Viking estableció un nuevo record mundial bautizando esos 16 buques. Un empleado de Guinness World Records dió fe del record; Viking ya tenia el record anterior en 2013, con diez buques bautizados en un dia.
El pasado 14 de febrero, Princess Cruises, en combinación con Fincantieri, ofreció una triple ceremonia. En Castellamare Di Stabia, cerca de Nápoles, se comenzó a cortar el acero del casco 6275, el último buque de la serie Grand Princess, que será entregado en 2022; simultáneamente, en Monfalcone, se colocó el primer bloque en el dique de construcción del Enchanted Princess, con ceremonia de moneda incluida, que será entregado en 2020. Y también se produjo la puesta a flote del Sky Princess, que será entregado este año. Su madrina en la flotadura fue Kerry Ann Wright, una segundo oficial de puente de Princess.
MSC Cruceros, por ejemplo, realizó una doble ceremonia el 15 de octubre de 2017. Comenzó el día con el corte del primer acero del MSC Grandiosa. Además, durante ese acto, PierFranceco Vago anunció que el buque se iba a llamar MSC Grandiosa. Y posteriormente tuvo lugar la ceremonia de colocación de la moneda en el MSC Bellissima, junto con las madrinas Beatrice Lahaye y Marcia Leite. Vago destacó que para una familia de armadores como los Aponte, “la tradición es algo muy importante. Las monedas son símbolo de buena fortuna, aunque sean invisibles para los pasajeros”.
La navieras intentan atraer a los medios con bautizos masivos (Viking River Cruises), o con ceremonias combinadas (MSC o Princess).
El casting de las madrinas
El bautismo del buque, bien a continuación de la entrega, o bien unas semanas mas tarde, es hoy la ceremonia más importante de la puesta de largo de un buque de cruceros. Y su protagonista fundamental es la madrina.
La selección de la madrina para cumplir con la tradición del bautismo del buque generalmente este ligado con las campañas de marketing asociadas al mismo. Escoger a una mujer influyente como mentora y protectora del buque es una parte muy importante del lanzamiento del mismo. ¿Cómo se selecciona una madrina? ¿qué patrones se usan? No hay una regla común, dado que se pueden encontrar mujeres de de todos los estilos, edades, nacionalidades, etc. Desde actrices a reinas, desde atletas a políticas, familia del armador o agentes de viaje, e incluso algunas navieras optan por mujeres “normales”, como maestras, etc.
Por ejemplo, en 2016 Royal Caribbean estaba apostando muy fuerte por el mercado emisor chino. Iba a destinar allí el Ovation of the Seas y necesitaba una imagen local que promocionara ese buque. De esa manera escogió a Fan Bingbing como madrina, una famosa actriz china, número uno de la lista «Celebrity 100» de Forbes China. Al ser una de las artistas más rutilantes de ese país, ganadora de varios premios internacionales, y filántropa, era la candidata ideal, y se convirtió en la primera celebrity china en recibir ese honor de un armador extranjero. Lo mismo ocurrió con Norwegian Cruise Line, que apostó por Wang Lee Hom, un famoso cantante chino.
El propio nombre del buque define en ocasiones a la madrina. Por ejemplo, Holland America Line, en 2016 seleccionó Koningsdam como el nombre de su último buque. En holandés, «Koning» significa rey, por lo que la madrina sólo podía ser una reina. Así, su majestad la Reina Máxima de Holanda fue la madrina del buque en Rotterdam el 20 de mayo de 2016. Cuando era princesa, Máxima ya había sido la madrina del Nieuw Amsterdam. Y no era la primera vez que las mujeres de la familia real de los Países Bajos ejercían de madrinas para Holland America.