Las patronales Afedeco, Pimeco, CAEB, Pimem, la Confederación Balear de Comerç (CBC), la Federación de Estancias Turísticas Vacacionales de Mallorca y agrupaciones de taxistas, restauradores y de alquiler de vehículos de la isla, han mostrado su rechazo a la propuesta de limitar la llegada de cruceros al puerto de Palma porque este tipo de turismo es «muy importante para la economía balear».
Estas organizaciones han asegurado que el turismo de cruceros es «muy positivo» tanto para los comerciantes como para la oferta complementaria de Palma, ya que los cruceristas visitan la ciudad en unas horas y deben llevarse una buena primera impresión para que quieran volver. En su nota resaltan que determinados sectores políticos pretenden demonizar el turismo de cruceros con el apoyo de organizaciones próximas, y que hace años se invirtieron millones de euros en ferias internacionales y campañas de promoción para captar la llegada de cruceros, que alimentan muchos puestos de trabajo estable en el comercio, un trabajo que no debe despreciarse.
Palma es un puerto privilegiado, con muchos cruceros operando como puerto base, donde embarcan y desembarcan muchos pasajeros, lo que extiende los beneficios económicos al aeropuerto, hoteles, restaurantes y taxis. Además, la mayoría de los cruceros que operan en Palma son barcos de última generación, con lavadoras de gases que reducen muy considerablemente las emisiones a la atmósfera, e incluso es un habitual del puerto el AIDANova, primer barco de cruceros del mundo en operar con Gas Natural Licuado, un combustible que no emite óxidos de azufre ni partículas de materia, reduce un 90% la emisión de óxidos de nitrógeno y un 20% la de CO2. Recientemente, un estudio basado en cálculos y suposiciones, en lugar de mediciones, señaló a Palma como una de las ciudades más contaminadas por cruceros, cuando la realidad es totalmente opuesta.
