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Valencia, poca congestión turística en una ciudad sin límites

En las últimas décadas, la ciudad de Valencia ha visto incrementar sensiblemente el número de turistas que la han visitado.

Reportaje perteneciente a la revista CruisesNews

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Asimismo, si hasta finales del siglo XX la capital de la Comunidad Valenciana, era receptora, principalmente, de un turismo ligado al mundo de los negocios, con la llegada de la nueva centuria esta tendencia comenzó a mutar y Valencia empezó a asomarse con fuerza a otro tipo de turismo, cultural y de ocio. 

Con el transcurrir del tiempo esta querencia se fue acentuando, gracias, sobre todo, a la inversión en nuevas infraestructuras (la Ciutat de les Arts i les Ciències es el paradigma de este hecho), participación en ferias y actos promocionales y la organización de eventos de talla mundial (Fórmula 1 y Copa América), que, además del ingente número de visitantes recibido durante la celebración de éstos, consiguieron atraer la atención de millones de personas, que posaron su mirada en la ciudad y comenzaron a incluirla en los planes de sus futuros viajes.

La Ciutat de les Arts i les Ciències sigue siendo el conjunto turístico más visitado por los cruceristas.

Sin duda, el sector crucerístico se vio favorecido por esta tendencia positiva y las compañías de cruceros, a pesar de la proximidad entre Valencia y Barcelona -el principal puerto de cruceros mundial después los tres gigantes del Estado de Florida-, empezaron a apostar por la capital del Turia. Si el año 1999 fueron doce las escalas -con tan solo 3165 cruceristas en total- (Las Provincias, 13-05-2012), una década después, eran 185.000 los turistas que arribaron a Valencia. No obstante en 2012,  Emiliano González, Director General de MSC Cruceros en España en esos momentos, ya comentaba las virtudes del destino cuando declaraba que «Hace diez años, el puerto de Valencia era un desconocido en el mercado de cruceros, pero en los últimos años ha experimentado un fuerte empuje gracias a las mejoras de sus instalaciones para embarque, tránsito y desembarque de pasajeros. Hoy ya es un puerto importante en el circuito de los cruceros» (Levante, El Mercantil Valenciano, 13-05-2012). Actualmente, las previsiones que la Autoridad Portuaria baraja prevén un volumen de turistas de crucero cercano a los 600.000 cruceristas para el año 2020.

Las claves del éxito
Pero, ¿qué ofrece la ciudad para que las navieras programen cada año más escalas en este puerto? ¿Qué suscita que un crucerista reserve un crucero con salida desde Valencia o que incluya una escala en ella?

Son diferentes los motivos que convierten la ciudad de Valencia en un destino ideal para la recepción de cruceros. El primero de ellos es la accesibilidad. Estos últimos años las mejoras en las comunicaciones con el resto del Estado y las principales ciudades europeas son palpables.

Por carretera, son varias las autovías y autopistas que unen Valencia con algunos de los principales puntos de la Península Ibérica. De hecho, en poco más de tres horas se encuentran las dos principales ciudades del territorio español, Madrid y Barcelona. Aún menos tiempo es el empleado si la opción escogida es el AVE, puesto que no llegan a dos horas las que separan la capital de España y la estación Joaquín Sorolla. El futuro Corredor Mediterráneo, que conectará todo el litoral desde Algeciras hasta la frontera francesa, permitirá reducir la duración de traslado entre Valencia y otras ciudades importantes a casi la mitad del tiempo actual.

Corredor Mediterráneo: conectará Algeciras hasta la frontera francesa. Permitirá reducir la duración de viaje entre Valencia y otras ciudades importantes a casi la mitad del tiempo actual.

Quizás, el talón de Aquiles en la accesibilidad es el aeropuerto. A pesar de que está conectado con las más importantes ciudades europeas, la falta de unas mejores infraestructuras, una mayor frecuencia de vuelos y la (casi) ausencia de conexiones directas con aeropuertos de otros continentes dificultan que Valencia dé un importante salto cualitativo y mejore sus registros como puerto base.

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Otros motivos que la ciudad puede esgrimir para atraer a las navieras y a los cruceristas es el carácter abierto de sus habitantes, que a diferencia de otras ciudades con gran arraigo turístico, conviven junto a los viajeros, aunando el carácter hospitalario de aquellos y la implicación de los agentes públicos -entre los que cabe destacar la labor de la Autoridad Portuaria- y privados, que persiguen un objetivo claro: el de conseguir una estadía confortable para el turista. Claramente este objetivo se está consiguiendo con creces, puesto que más del 90% de los viajeros están predispuestos a recomendar a sus conocidos y familiares la visita de la ciudad.

A ello se suma un carácter Tourist Friendly, una etiqueta muy a tener en cuenta por los principales actores del sector crucerístico, más aún después de los episodios de turismofobia que se vivieron el pasado verano en otros lugares. La congestión de tráfico de cruceros en algunos puertos con gran arraigo dentro del sector, es otra baza a tener en cuenta y una gran ocasión para que Valencia pueda ofrecer nuevas oportunidades en un destino teóricamente poco explotado.

Sin embargo, y por encima de su mejorada accesibilidad, la ausencia de saturación turística o la etiqueta “Tourist Friendly”, destaca la oferta turística, tanto cultural como de ocio, que propone Valencia, todo ello auspiciado por la encomiable labor de las instituciones públicas valencianas. Éstas han puesto en valor el patrimonio de la ciudad, gracias a las labores de promoción que se han llevado a cabo en eventos y ferias organizados en algunas de las principales ciudades del mundo, como Ámsterdam -el pasado mes-, Berlín, Singapur, Londres o en el más importante evento de cruceros, el Seatrade de Miami; organización de famtrips para que periodistas y bloggers (blogueros) den a conocer la urbe a su audiencia o la organización de visitas de inspección a directivos de compañías de crucero.

¿Qué encuentra un crucerista que visita Valencia?
Es de sobra conocida la oferta turística que ciudades como Barcelona, Roma o Venecia -tres de las escalas más programadas por las navieras en sus itinerarios por el mar Mediterráneo- brinda a los cruceristas. Sin embargo no sucede lo mismo con Valencia. Ya hemos hablado que hasta no hace mucho tiempo, la ciudad estaba fuera del circuito crucerístico y que principalmente su turismo estaba íntimamente relacionado con el mundo de los negocios. Indudablemente esta situación ha empezado a revertirse los últimos años y, a pesar de que la Ciutat de les Arts i les Ciències sigue siendo el conjunto turístico más visitado por los cruceristas que visitan Valencia (el año 2016 casi 2 millones de turistas pasaron por alguno de sus edificios, siendo L’Oceanogràfic el más popular con 1.091.717), otros monumentos y atracciones están tomando un vigor inusitado estos últimos años.

Las rutas son idóneas para los pasajeros de un crucero, puesto que se adaptan perfectamente a los horarios de escala de un barco en puerto.

Entre ellos destaca Bioparc, que con 570.000 visitantes, se coloca en el tercer lugar más visitado de la ciudad; la Lonja de la Seda (poco más de medio millón de personas la visitaron el pasado año); el Centro Cultural La Beneficiencia -que alberga dos de los más importantes museos de la ciudad: el Museu de Prehistòria de València y el Museu Valencià d’Etnologia- o MUVIUM (Museu Valencià de la Ilustració i la Modernitat), ambas con algo mas de 200.000 visitantes el año 2016 cada uno.

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Sin embargo estas principales atracciones no son, ni mucho menos, todos los atractivos que un crucerista puede descubrir en la capital del Turia. Es tan considerable la oferta disponible que cualquier persona que desembarque en la ciudad se sorprenderá, independientemente del tipo de actividad que esté buscando, ya sea de tipo cultural, gastronómico, playa, ocio, relacionado con la naturaleza o turismo de compras, entre otros.

Culturalmente el centro histórico de la ciudad posibilita una jornada repleta de lugares que descubrir y que, a buen seguro, satisfarán las aspiraciones de los turistas más exigentes. Son varios los lugares que harán disparar las cámaras digitales de los excursionistas: las Torres de Quart y Serranos, la catedral de Valencia, Plaza Redonda o de la Virgen y el Ayuntamiento de Valencia son algunos de los ejemplos más sobresalientes de la magnífica arquitectura de esta zona de la ciudad. No hay mucha distancia entre estos monumentos ubicados en el casco histórico, por lo que es factible combinar el descubrimiento de estos paseando por sus calle, con la entrada a los edificios más representativos.

Por otra parte, si el crucerista quiere descubrir la excelente gastronomía que la ciudad ofrece, obviamente querrá probar el plato más internacional de España, la paella. Pero, ¿para qué sentarse en un restaurante y pedir un plato cuando es el propio crucerista el que puede prepararlo con sus propias manos, antes de probar su creación? Esa posibilidad ya existe y, además de deglutir este afamado plato, la mesa irá acompañada de ensaladas elaboradas a base de productos de la huerta valenciana y vinos de la tierra.

Hablando de vinos, una escapada muy interesante para los cruceristas que ya conocen la ciudad permitiría a los amantes de la enología descubrir los vinos y embutidos de la zona Utiel-Requena, que se encuentra a menos de una hora de Valencia, en dirección hacia el interior de la provincia.

Por el contrario, si el viajero busca algo diferente el Mercado Colón es su destino. Ubicado en el antiguo edificio homónimo que fue inaugurado en la Nochebuena del año 1916, este añejo mercado de abastos, después de una exhaustiva rehabilitación, es, en la actualidad, un lugar donde se combina a la perfección la vanguardia de hoy con el estilo arquitectónico de principios de siglo XX. En el Mercado Colón Gastro Market el visitante encontrará boutiques con productos gourmet, una variedad de establecimientos culinarios de contrastada calidad -entre los que destacan los dos regentados por el Estrella Michelín Ricard Camarena-, horchaterías (bebida típica valenciana) y el elegante pub Down Monkey Business.

El Mercado de Colón combina a la perfección la vanguardia de hoy con el estilo arquitectónico de principios de siglo XX.

Los amantes de la naturaleza pueden encontrar a pocos kilómetros de la ciudad La Albufera. Fue declarado Parque Natural en el año 1986 y es uno de los destinos turísticos más apreciados por aquellos visitantes que buscan algo diferente a la Valencia urbana. Sirvió de escenario de la novela Cañas y Barro, escrita por Vicente Blasco Ibáñez el año 1902, recién inaugurado el siglo XX. Muy bien conectada con la ciudad, La Albufera es uno de los humedales más importantes de España y las posibilidades de realizar actividades para los cruceristas son varias: rutas de senderismo, visitar una típica barraca valenciana, probar la gastronomía de la zona o pasear en barca por esta laguna litoral.

Hacia el interior de la provincia la oferta para los amantes de la naturaleza y el senderismo es aún más amplia, ya que aúna bellos paisajes (con una amplia oferta de actividades de multiaventura) con la rica e histórica arquitectura de tiempos remotos en territorio valenciano.

Puesta en marcha de las rutas
Para poner aún más en valor todo ese patrimonio arquitectónico y cultural, las instituciones públicas han creado y promocionado una serie de rutas que facilitan al crucerista, en el escaso tiempo del que disponen en una escala, a explorar y descubrir los principales rincones de la ciudad. Estas rutas pretenden aproximar, en algunos de sus itinerarios, lo más representativo (y a grandes rasgos) de la ciudad a los viajeros y en otros el objetivo es el de conseguir que el viajero profundice aún más en algunos de los aspectos más relevantes de Valencia.

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Dos de las rutas más populares son, sin duda, las de la Valencia vanguardista -con la Ciutat de les Artes i les Ciències como principal baluarte- y la Valencia histórica -comentada anteriormente-; tan antagónicas como igualmente enriquecedoras. No obstante las rutas más llamativas son las que, curiosamente, son más ignoradas por el viajero que llega a bordo de un barco de cruceros, las que no suelen aparecer en los relatos del crucerista, las que menos espacio ocupan en la carpeta de imágenes del que acaba de terminar un viaje, las que, en definitiva, aún son desconocidas para la mayor parte de la comunidad turística.

Estas rutas son idóneas para los pasajeros de un crucero, puesto que su corta duración se ajusta perfectamente a los horarios de escala de un barco en puerto. Asimismo, algunas de ellas se pueden combinar entre sí o facultan al crucerista para que pueda compaginarla junto a una visita por libre de otros lugares de la ciudad.

Las instituciones públicas persiguen un objetivo claro: el de conseguir una estadía confortable para el turista.

Las opciones son dispares y algunas navieras ya han comenzado a ofertarlas estos últimos años. Varias de ellas, las de menor duración, se desarrollan en el interior de la ciudad, entre tanto, las de mayor duración lo hacen en otros puntos de la provincia.

QUIZÁS, LAS MÁS INTERESANTES SON:
València, Ciudad de la Seda: Nombrar Ruta de la Seda en una conversación es evocar un periodo muy lejano en el tiempo y en el espacio. Sin embargo el año 2015, la UNESCO incluyó la ciudad de Valencia dentro de esta legendaria ruta. La excursión dura dos horas y durante ese tiempo se visita la espléndida Lonja de la Seda (construida entre los siglos XV y XVI), el barrio de velluters (lugar en el que se ubicaba el gremio de sederos) y el Museo de la Seda, terminando la excursión en tiendas con indumentaria típica valenciana.

Ruta del Santo Grial y Arte Religioso: Otro nombre que alude a un pasado remoto es el del Santo Grial, el cáliz que usó Jesucristo en la Última Cena. En esta excursión de dos horas y media de duración, destaca la Capilla del Santo Cáliz de la Catedral de Valencia, puesto que conserva el único cáliz reconocido por el Vaticano y que fue empleado por los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI en su visita a Valencia. Además de esta Capilla, en la Catedral, cabe señalar el Miquelet -campanario de planta octogonal y casi 51 metros de altura-. La visita termina con la visita a otras  iglesias como San  Nicolás o San Juan del Hospital.

Fallas Tour: Sin duda, si un crucero visita Valencia en época de Fallas la elección de qué ver o qué hacer será extremadamente sencilla. Sin embargo la importancia de esta fiesta, que fue inscrita en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO el pasado año, es tan mayúscula, que es posible disfrutar de ellas durante todo el año. A lo largo de tres horas la ruta recorre el Ayuntamiento, la Plaza de la Virgen, las Torres de Serranos y una tienda de indumentaria valenciana, finalizando el tour en el Gremio de artistas falleros y el Museo Fallero, cuya cercanía a la Ciutat de les Arts i les Ciències permiten al crucerista combinar su visita con la ruta.

Ruta de la horchata: Si la paella es la comida más conocida de Valencia, la horchata es, aunque sin tanta fama, la bebida típica de la región. En esta ruta se aprende todo el proceso desde la plantación de la chufa, hasta su recolección y secado, terminando el tour de entre una hora y media y dos horas probando esta bebida refrescante que gana adeptos con el paso de los años.

Fábrica de Lladró: Comercializada desde hace unos años por algunas compañías de cruceros, casi todas ellas norteamericanas, en este tour los cruceristas visitan el Museo Nacional de Cerámica en el Palacio del Marqués de Dos Aguas, terminando la ruta en el Centro de Exposición y Museo Lladró de la localidad de Tavernes Blanques, a tan solo diez kilómetros del centro de Valencia y en el que los cruceristas conocerán el proceso de creación y decoración de las piezas de porcelana de esta firma de reconocido prestigio mundial.

Las empresas anónimas que facilitan la vida al crucerista
Empresas como Intercruises, desconocidas para la gran mayoría de los cruceristas, facilitan la vida a estos y a las navieras en las escalas de sus barcos. Son compañías que ofrecen un servicio global (excursiones, turnaround, consignación y hotelería) antes, durante y después de las escalas de los buques de cruceros. En el caso de Valencia llevan más de diez años trabajando, desde el “anonimato”, para que la estadía de un barco, sus tripulantes y pasajeros, sea lo más placentera posible.

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Probablemente su faceta más visible sea la de las excursiones. Reconocen que en Valencia las más demandadas son las de la visita al casco histórico y a la Ciutat de les Arts y les Ciències, sobre todo el Oceanográfico. Pero también es cierto que estos últimos años buscan productos de excursiones para innovar y ofrecen tours nuevos a los pasajeros, ya que, con la popularización de los cruceros, suele haber bastante repetidor (que escoge esta forma de viajar frecuentemente) y buscan poder ofrecer excursiones para todos los segmentos, ya sean familias, turistas que buscan experiencias más culturales, de aventura o gastronómicas.

Rutas turísticas. Las instituciones públicas han puesto en valor el patrimonio de la ciudad, gracias a las labores de promoción que se han llevado a cabo. Para poner aún más en valor todo ese patrimonio arquitectónico y cultural se han creado y promocionado una serie de rutas. Es tan considerable la oferta disponible que cualquier persona que desembarque en la ciudad se sorprenderá.

Para llevar a cabo este trabajo eficientemente en la ciudad, este tipo de compañías tienen, además de una sede central, oficinas y equipos locales en las ciudades que reciben cruceros y trabajan codo con codo con los proveedores locales, que son los que mejor conocen el destino, y colaboran, en el caso de Valencia, con instituciones públicas como Turismo Valencia o la Autoridad Portuaria y en el sector privado, por ejemplo, con la terminal de pasajeros de Transmediterránea para poder avanzar cada día y seguir creciendo en el sector.

Entre sus demandas, requieren un mayor trabajo de los organismo públicos, puesto que la terminal de cruceros empieza a quedarse pequeña para albergar a cientos de pasajeros cada semana. Es por ello que demandan una nueva terminal de cruceros nueva que llamaría la atención de nuevas compañías para visitar Valencia.

ENTREVISTA CON SANDRA GÓMEZ
Primera Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Valencia Presidenta de la Fundación Turismo Valencia

Sandra-Gómez

Estos últimos años el número de barcos de cruceros que llegan a Valencia se ha incrementado, ¿a qué se debe el motivo? ¿Cuál ha sido el trabajo realizado desde Turismo Valencia y el ayuntamiento para que suceda?
El turismo de cruceros en la ciudad de València está creciendo de un modo sostenible. En los últimos años, hemos observado como el número de cruceristas y de escalas ha evolucionado positivamente. En 2016 recibimos más de 400.000 visitantes, y este año estamos creciendo a un ritmo del 6%, según los datos ofrecidos por la Autoridad Portuaria de València (APV).

El crecimiento de este sector viene acompañado de una mejora en los servicios y en las instalaciones portuarias, entre las cuales está prevista la construcción de la nueva terminal que, además, contribuirá a la mejora de los servicios en puerto a navieras y cruceristas. València cuenta con un puerto en pleno desarrollo llamado a convertirse en un excelente punto de atracción.

Los cruceristas son un segmento muy atractivo para nuestra ciudad y al que debemos prestar especial atención. Estamos llevando a cabo acciones específicas para la promoción de la ciudad en el marco de las necesidades específicas de los visitantes de cruceros. Este año, por ejemplo, hemos lanzado la nueva Guía Profesional de Cruceros, hemos realizado encuentros y acciones comerciales con diferentes navieras, además de participar en las principales ferias y foros del sector como el Seatrade Cruise Global en Florida o el CLIA Summit at Sea.

Valencia ha sido puerto base de navieras como MSC Cruceros, Costa Cruceros o Pullmantur Cruceros, ¿qué le falta a Valencia para que las navieras norteamericanas apuesten definitivamente por la ciudad y la conviertan en homeport? ¿Es un handicap la cercanía de Barcelona y su innegable potencial?
València es un destino muy valorado por las compañías de cruceros y que está sabiendo posicionarse en los marcados con un discurso diferenciado y basándose en lo que nos caracteriza como ciudad. Esto nos aporta valor frente a cualquier otro destino, nacional o internacional.

La Autoridad Portuaria está volcando sus esfuerzos por modernizar las infraestructuras del puerto para que nuevas compañías, como las norteamericanas, opten por nuestra ciudad. Los muelles ya están preparados para recibir barcos de gran tamaño de última generación, lo que supone una ventaja competitiva frente a otros destinos del Mediterráneo. Además, sigue estando en los planes estratégicos de la Autoridad Portuaria de València, la construcción de una nueva terminal de cruceros que permita dar servicio, simultáneamente, a buques tanto de tránsito como de homeport.

Todo esto, unido a las tarifas bonificadas, el excelente servicio al buque, la existencia de una comunidad portuaria bien cohesionada y, por supuesto, los diferentes atractivos turísticos que ofrece nuestra ciudad, consideramos que servirá de aliciente para que las navieras decidan apostar por València como puerto de embarque y desembarque.

Hablando de Barcelona, el pasado verano se puso de moda el término turismofobia por algunos actos acontecidos en esta ciudad, ¿qué estrategias se van a tomar para que Valencia continúe siendo una ciudad “touristfriendly”?
La turismofobia es un problema que ha afectado a algunos destinos muy concretos pero que no responde a la realidad de todas las ciudades, y desde luego, no responde al caso de València.

Mantenemos un férreo compromiso con el turismo, queremos que los residentes conozcan los beneficios que esta actividad les aporta, no solo a nivel económico sino también social. Por eso mantenemos una actitud de diálogo con los principales agentes sociales y económicos. La percepción es buena.

Por otro lado, València cuenta con 5 grandes zonas turísticas, que nos permite diversificar, los diferentes flujos de turistas.

¿Cuáles son los planes de futuro para que el turismo de cruceros siga creciendo en la ciudad?
Con la puesta en marcha del Plan Estratégico de Turismo, hemos lanzado el producto València Cruises, un programa colaborativo en el que participan representantes de la Autoridad Portuaria, el Ayuntamiento de València a través de la Fundación Turismo València, la Diputación de València, la Agencia Valenciana de Turismo, la Asociación Naviera Valenciana, la Cámara de Comercio y la Confederación Empresarial Valenciana. El objetivo es incrementar la competitividad de Valencia como destino de cruceros.

Nuestra prioridad es posicionar el puerto de València como puerto base, incrementando las pernoctaciones en la ciudad y el gasto medio. Además, buscamos atraer cruceros de lujo y nicho, y apoyar la comercialización de propuestas y productos turísticos que puedan resultar atractivas para los cruceristas, que también contribuye a aumentar su inversión en destino. Además, estamos trabajando de la mano de la Autoridad Portuaria para captar navieras gracias la mejora de los servicios en el puerto y de las ventajas en materia de tasas, entre otros.

Resulta clave satisfacer las necesidades de este segmento, teniendo en cuenta el carácter prescriptor de los mismos entre un público de capacidad adquisitiva media-alta.

Hablemos de lo que un crucerista puede encontrarse cuando un barco hace escala. Además de la Ciutat de les Arts i les Ciències -el atractivo turístico más visitado-, ¿qué otros lugares distinguirías?
La Ciutat de les Arts i les Ciències está entre los atractivos turísticos de València que más gustan a los cruceristas, pero además de esté elemento vanguardista, también sienten una gran atracción por la arquitectura, la historia y la cultura de nuestra ciudad, así como recursos vinculados a la naturaleza como lo es el Bioparc o el Parque de la Albufera.

Además, el perfil del crucerista está muy vinculado a las compras y a la gastronomía, por lo que suelen pasear por las principales zonas comerciales del centro de la ciudad donde encuentran una amplia oferta en restauración y tiendas.

Últimamente se han puesto en marcha algunas rutas que ponen aún más en valor la ciudad, ¿qué puede decirme de estas rutas?
De los productos turísticos que a través de la Fundación tiene a disposición el visitante, las rutas son uno de más interesantes para este segmento y que mejor se ajustan a sus necesidades, dada su organización y previa coordinación.

Recientemente, se han puesto en marcha la Ruta de la Seda, la Ruta de Arte Religioso y el Fallas Tour, y a través de los cuales pueden descubrir el Museo de la Seda, San Nicolás, el Museo del Gremio de Artista Fallero o, incluso, realizar visitas y actividades vinculadas a Fallas, como puede ser crear un ninot de en los talleres de los artistas falleros.

No obstante, la oferta de València es tan amplia que, como especifica la guía turística de Cruceros “So good…They won’t want to go back abroad”, también se recomienda la visita a la fábrica de cerámica de Lladró, rutas en bici por los Jardines del Turia, el Parque de Cabecera y la Ruta de la Horchata, excursiones al Parque Natural de la Albufera, el Mestalla Tour, el Tapas Tour.

Con la puesta en marcha del Plan Estratégico de Turismo, hemos lanzado el producto València Cruises, un programa colaborativo en el que participan representantes de distintas instituciones y organismos públicos y privados.

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