Por Virginia López Valiente
Directora General de Cruises News Media Group y Editora de la revista CruisesNews
Editorial perteneciente a la revista CruisesNews nº41 – Junio 2017
La memoria es frágil y más en estos tiempos si no te has prodigado por las redes sociales, prensa o internet. Hoy quiero dedicarle este editorial a Toni Riera como homenaje a un hombre discreto, un emprendedor brillante y una bellísima persona. Espero que al menos en el sector, se lea este recuerdo a su persona y que deje “memoria” escrita en la red de redes, en esa en la que nos miramos cada día.
Me enteré de su fallecimiento en el otro lado del Atlántico como tantos otros, y aunque no puedo presumir de haberle tratado a fondo, le profeso respeto personal y profesional.
Creo que el sector marítimo portuario balear, el español en general y, el de los cruceros en particular, le deben mucho.
Como he dicho, no le traté tanto como para hablar de amistad, pero de eso, de amistad es de lo que me habló mi sí amigo Mario cuando le recordábamos hace unos días juntos en Palma.
Su relación comienza en 1991 cuando ambos se asocian fundando Baleares Consignatarios. Un relación basada en “la amistad y la confianza” según sus emocionadas palabras.
Antoni Riera tras su paso por la marina, por Estados Unidos y tantos otros países adquirió conocimiento sobre la compleja logística de la armada americana. Ya siendo profesional consignatario, decide sin complejos dirigirse a ella y ofrecerles todos los servicios que se le pudieran prestar a sus flotas.
Y como es de inteligentes asociarse con quien puede cubrir lo que tu no cubres, comienza una relación empresarial con los Sennacheribbo que eran agentes de viajes entre otras cosas. La alianza con Toni les abre las puertas a ofrecer servicios de consignación a sus navieras clientes y así desarrollar un grupo de empresas dedicadas de forma global al turismo de cruceros, la consignación, excursiones, yates, aprovisionamiento, etc.
No voy a relatar el crecimiento empresarial que se desencadena porque hoy escribo sobre Toni.
El era el intrépido, el perfil más comercial y el que llamaba a cada puerta.
Hay que entender que en aquellos años se hacían los negocios de otra forma, todo se hacía de otra forma. Las personas contaban. Las relaciones personales contaban y mucho, casi más que la rentabilidad, que pareciendo imposible hoy, se debía de calcular de otra manera. El y su socio supieron explotar eso y el don de la oportunidad.
No hubiera sido posible tanto crecimiento y tanto barco en este país sin Toni Riera. Nunca le vi alardes ni aspavientos, como a los verdaderos líderes.
Las personas se van y nunca toca. Es algo que sé. Nos queda la memoria.
Con todo mi cariño y mi respeto…